Blitzø y Stolas tenían algo bueno. Una vez al mes, intercambiaban sexo por el grimorio, y eso era todo. Pero, todo eso cambia cuando Stolas descubre que va a poner un huevo, y muy pronto. Blitzø tiene muchas emociones sobre esto, pero sabe una cosa...
ℕ𝕠𝕥𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝔸𝕤𝕙𝕀𝕟𝕋𝕙𝕖𝕎𝕚𝕟𝕕: Stolas se despierta dolorido y Blitzø intenta convencerlo de que vea a un médico. Además, algunos momentos dulces en la cama con los nuevos padres.
Estuve atascadx en este capítulo durante un tiempo, pero me alegro de poder sacar por fin un capítulo nuevo. Por favor, ¡déjenme saber lo que piensan!
⚠️TW: menciones al nacimiento, y cosas del posparto⚠️
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Cuando Stolas despertó de su sueño intranquilo, la primera sensación que reconoció fue dolor. Increíblemente, todo su cuerpo estaba adolorido, desde las plumas de su cabeza hasta sus garras, y su parte íntima aún ardía como si estuviera en llamas, después de haber sido desgarrada y estirada durante la puesta del huevo.
Si bien Stolas sospechaba que no debía haber pasado mucho tiempo desde que había puesto el huevo, había pensado que, al menos, parte del dolor del parto ya se habría disminuido. Era... levemente preocupante.
El príncipe intentó abrir los ojos, parpadeando débilmente contra el inclemente sol del mediodía, pero la luz del sol cortaba como un cuchillo caliente contra su palpitante cráneo, y sollozó miserablemente, levantando débilmente el brazo para cubrirse la cara. Sentía la boca más seca que el desierto del Anillo de la Ira. ¿Todo esto era por la deshidratación o por la pérdida de sangre?
Stolas se esforzó por recordar cuánta sangre había perdido realmente en el parto. No podría haber sido tanto, ¿verdad?
¿Estaba yo en este mal estado la última vez que puse un huevo? se preguntó Stolas. Él no lo creía así.
Tal vez, algo puede estar mal...
No, todo está bien, se dijo Stolas. Estoy bien. Esto sólo son síntomas de deshidratación y agotamiento, nada más.
Pero en ese momento, el abdomen de Stolas decidió sufrir un fuerte calambre que le provocó un dolor punzante en las piernas.
¡Maldita sea! ¡Eso duele! se lamentó Stolas, con sus garras rasgando las sábanas.
El príncipe se acurrucó en posición fetal con un sollozo, con los ojos fuertemente cerrados mientras su vientre trabajaba para volver a su tamaño original, el de antes de llevar el huevo.
¡El huevo! ¡Blitzy! ¿Dónde están? ¿Están bien?
"¿Blitzø?" Stolas carraspeó débilmente, todavía acurrucado de lado, abriendo uno de sus cuatro ojos con una mueca de dolor. Sin girar la cabeza, miró alrededor de la habitación en su limitado campo de visión, pero no vio ni a su amante ni a su hijo.
