Prólogo

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Hace mucho tiempo en el bosque encantado, una joven estaba dando a luz a su primogénito.

-Vamos cariño, ya casi nace- dijo el joven tratando de ayudarla.

-Necesito que pujes una vez más- la partera pidió amablemente a la dama.

Un esfuerzo más y la mujer dio la vida a su hijo, su alivio llegó cuando escuchó un pequeño y adorable llanto proveniente del bebé.

Estaba tan cansada y sin fuerzas, así le dijo a su pareja.

-Rumplestilskin

El hombre -con el niño en brazos- miró con confusión a la mujer. Ella al ver que su pareja no entendía, señaló al pequeño y volvió a decir.

-Rumplestilskin

Y con su último aliento cerró sus ojos para tener su sueño eterno.

El hombre estalló en lágrimas, frustrado vio al menor qué hacía en sus brazos.

¿Qué haría con él?

¿Qué le podía ofrecer?

Sin nada más que hacer, Malcom decidió quedarse con Rumple, aunque la partida de su querida mujer lo haya devastado, no podía dejar a lo último que ella amó.

-¡Evangeline! ¿Qué haré sin ti? 

EvangelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora