Peter, regresemos a casa
El plan funcionó, Henry tenía entre sus manos la maldición. Regina la tomó y para deshacerla, tiene que dejar ir lo que más aprecia y valora. Todos estaban preparados, tienen que acabar con Peter de una vez.
Regina le dijo a Emma que tiene que llevarse a Henry de ahí, si no logran romper la maldición a tiempo correrían mucho peligro.
Peter apareció detrás de ellos, sosteniendo con un brazo a la dama, usó su magia y paralizó a todos.
-Tiene la...- dijo Killian
-La maldición.- dijo sonriente, lentamente deja a Evangeline en el suelo.- Me preguntó con quién empezaré, creo que con ustedes dos. Bella y Baelfire. No fue un placer conocerlos.- dijo preparando su magia.
-Aléjate de ellos.- dijo Rumplestilskin a su padre.- no los tocarás.
-¿Qué tal? El gusano tiene dientes.- volteó viendo a la dama.- ¿Puedes creerlo? Nuestro hijo tiene agallas.- dijo burlón.- ¿Vienes a protegerlos?
-No dejaré que toques a nadie
-Me gustaría ver eso
-Lo harás, porque tengo un trabajo que terminar y haré lo que sea necesario aunque el precio sea elevado. Un precio que al fin estoy preparado para pagar.- volteó a ver a su hijo.- utilicé la maldición para encontrarte Bae, para decirte que cometí un error. De estar seguro que tienes una oportunidad de felicidad.
Peter solo sonrió con burla al escuchar lo último
-Esa felicidad es posible, sólo sin mí y lo acepto.
-Te amo.- El tenebroso le dijo a su hijo.
-Evangeline, sé que no fue tu intención dejarme, ese abrazo que me diste en la isla, fue el más sincero y maternal que nadie me ha dado. Lamento que hayas visto en lo que tu hijo se convirtió.
-Bellas, bellas palabras.- dijo Peter
-Te amo Bella, me haces más fuerte.
-¿Fuerte? Sigues sin magia
-Oh pero no la necesito, verás, habrás perdido a tu sombra pero hay una cosa que olvidas.
-¿Qué cosa?
-Yo tampoco la tengo; la envié a esconder una cosa.
Rumplestilskin levantó la mano y un espectro se ve por los cielos, llega hasta El tenebroso y le entrega la daga -esta es la única arma que puede acabar con la vida de Gold-. La sombra regresa al cuerpo de su dueño.
Rumplestilskin toma a Peter y apunta la daga en su espalda.
-¿Qué haces?- dijo el rapaz tratando de librarse de su hijo.
-Verás, la única forma en la que mueras, es en que los dos lo hagamos. Y ahora estoy listo.
Con su brazo levantó la daga, preparado para herir a Peter.
Solo que, el joven no sintió nada. Solo unos delicados brazos se encontraban en su torso. Rumple reaccionó y soltó a su padre.
Pan lentamente dio vuelta a su cabeza hasta ver un cabello rubio y un rostro extremadamente pálido.
-No. ¡Evangeline!- la tomó entre sus brazos y sintió la daga en su hombro derecho.- ¿Por qué hiciste eso?- quitó la daga del cuerpo de su amada.
-Peter, yo...- dijo entre susurros, su cuerpo no daba para más.- Te amo.
Peter sintió la furia y rabia hervir en su sangre al perder a la doncella; en sus ojos se podía ver el dolor, la ira y el odio.
Con el arma en mano, el rapaz se acercaba a su hijo, poco a poco.
-Pagarás por esto.
Una vez más el puñal estaba clavado en el cuerpo de otra persona, Peter asesinó a su propio hijo.
El humo verde estaba tan cerca de ellos; Pan quitó el hechizo de los héroes.
Bella y Baelfire lloraron por Rumplestilskin, pues aunque muchos no creyeran que un villano pueda ser amado; El tenebroso estuvo en el corazón y fue perdonado por sus seres queridos.
-Todos pagarán por esto.- el nombre en la daga fue cambiando.
Peter Pan es el nuevo ser más poderoso, invencible e imparable.
El humo los cubrió; no quedaba nada más; lo único que pueden hacer es rogar piedad.
Peter va a tener devuelta a Evangeline; cueste lo que cueste, porque. Peter Pan nunca falla.
-Bienvenidos al nuevo Nunca Jamás.