Regina y Emma usaron su magia para cubrir la luz de la luna y ocultar sus sombras. Llegaron justo a tiempo pues Henry estaba a punto de darle su corazón a Peter.
-¡Henry! ¡No!- gritó Emma
-¿Mamá? De verdad están aquí.
-Por supuesto que sí, venimos por ti.
-¿En serio?
-Si, todos estamos aquí. Mary, David, Neal
Henry estaba muy feliz de ver a su familia
-Les agradezco venir pero tengo que hacerlo.
-¡Espera Henry!- dijo Regina- Peter te está engañando, no salvarás la magia, solo lo salvarás a él. Necesita tu corazón para detener ese reloj y ser inmortal.
-¿Eso es cierto?- el menor vio a Peter con confusión
-Por supuesto que no Henry; ellos son adultos. Los adultos son egoístas y malos. Confía en mí y en ella, no te haremos daño.
-Ella ¿Es cierto?- preguntó mirándola con sus inocentes ojos.- ¿Puedo confiar en ustedes?
La dama sentía culpa de lo que sucedía, las palabras no salían de su boca por lo que solo asintió.
Henry vio a sus padres y antes de "salvar" la magia.
Neal le dijo que lo amaban, no necesitaba hacer eso para ser un héroe. Si volvía con ellos lo pondrían a salvo.
Los cuatro sonrieron y dijeron sus sentimientos.
-Yo también los quiero- dijo con una gran sonrisa- pero tengo que hacer esto.
Antes de que los adultos se acercaran al menor. Este mismo con su mano traspasó el pecho del Pan, entregando el corazón del verdadero creyente. El reloj se detuvo. Henry murió y ella no pudo hacer nada.
-Tú monstruo, te asesinaré.- dijo Emma, quien con su espada atacó a Pan.
Peter usó su magia y apartó a todos del camino.
-Eso es lo que tú crees, no pueden vencerme.- dicho esto, tomo la mano de la joven y juntos se fueron de la cueva calavera.
Los tres adultos tomaron en sus manos el pequeño cuerpo del niño que se encontraba en el suelo.
Regina notó sangre en la punta de la espada que empuñaba Emma; le hizo un rasguño a Peter. Llorando y con pena, regresaron a la isla. Nuevamente tenían que hacer un plan para quitarle el corazón a Peter.
Todos los niños perdidos estaban sentados en la tierra siendo rodeados por los héroes.
-Escuchen niños, díganos dónde está Peter.- dijo la rubia- tenemos que salvar a Henry
-Pero, si les decimos, cuando se vayan Peter nos lastimara.- dijo un niño pequeño.
-No, no les hará nada. Pueden venir con nosotros.
-¿Dejar nunca jamás?
-Si, podrán crecer y vivir una vida normal.
-Están perdiendo su tiempo.- dijo Félix- ninguno de ellos...- fue interrumpido por un menor.
-Está en el viejo árbol cerca de la costa de la playa, ahí va cuando quiere pensar.
-¡No!- gritó Félix- ¡Eres un traidor!
Mary, Emma y Regina fueron hasta el árbol.
Peter dejó a la doncella en su árbol y le pidió que no saliera hasta que fuera seguro.
