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Jennie se recostó en su cama, cansada, agotada
física y psicológicamente, miró el techo y
unas ganas de llorar la invadieron
inevitablemente, no sabía bien por qué,
quizás era por todo o quizás era por nada.
Cubrió su rostro con su brazo y se obligó a
respirar para calmarse, fueron pocos minutos
hasta que escuchó los pasos acercarse y supo
que era Rosé sin siquiera verla.
La mayor colocó una mano en su mejilla que la terminó de quebrar y rompió en llanto.

-Nini... Nini, no llores -murmuró Rosé , se
sentó junto a ella, sus dedos acariciaron sus
mejillas, no pudo borrar sus lágrimas
Nini, bebé...

-N-No me digas así... Duele que me digas
así, ya no soy tu bebé, ¿Rompimos, no?

- Jennie , no-

- Rosé ... No es correcto que estés así y seas así
conmigo, no lo es.

- Jennie, ¿Quién dice eso?

_YO.

-Estas contagiada de la sociedad, uno ya no
puede llevarse bien ni cuidar de su examor
sin que parezca incorrecto, en cambio el odio
y el desinterés son lo que está bien visto... No
tiene por qué ser de ese modo, ¿Quién lo
dice? ¿No que es malo ser malo? Es una
contradicción.

- Rosé ... No empieces con tus discursos de la
sociedad -pidió la menor, apartó las manos
de la mayor y limpió sus lágrimas, se sentó
frente a ella y mirándola directamente a los
ojos, preguntó con el poco orgullo y valentía
que le quedaba -¿Por qué sigues aquí?

Rosé se congeló ante la pregunta, no sabía si
decirlo, no sabía cómo reaccionaria la menor,
su boca se movió sin sentido mientras
buscaba palabras y sus ojitos se quedaron
mirándola embobados.

-Porque aún te amo -murmuró finalmente

-. Y porque quiero que seas feliz... Quiero
darte la compañía y la fuerza que necesites
cada vez que algo que falte, para que
encuentres a alguien más, para que seas feliz
y te traten y te amen como se debe, como te
mereces... Porque eres la persona más buena
que hay en el mundo y mereces tanto, Nini ,
en serio mereces muchísimo, y esto es lo
mínimo que puedo hacer aún por ti.

Jennie sollozaba bajito, seguía borrando sus
lágrimas consecutivamente.

-¿Sabes que puedes hacer mucho más, Rosé?
¿Sabes que puedes ser tú de nuevo?
Rosé comenzó a negar.

-Te amo -dijo Jennie -. Y no creo ser capaz de
amar a alguien más que no seas tú, no
después de tener algo como lo nuestro.

-Yo no soy quien te puede hacer feliz ahora
-dijo la mayor -Ya no puedo hacer nada por
ti. Jennie.

Jennie negó, aunque por dentro lo sabía, en el
fondo, lo sabía.

- Rosé, bésame --pidió la castaña, sus manos
fueron a las de la mayor, tomándolas con
delicadeza-¿Puedes?

Rosé dudó un segundo completo, sus ojos se
abrieron un poco de más por la sorpresa de
aquel pedido, pero terminó acortando las
distancias, posando sus labios sobre los de su
exnovia, sorprendiéndose al sentir el mismo
sabor, el mismo cosquilleo en todo su cuerpo
y las mismas mariposas en su estómago, que
prendieron vuelo y lo hicieron temblar de
emoción.

Se sentía igual que antes, aunque no era
como antes, y nunca lo sería.

Lo triste es que ambas lo sabían.

Por eso el beso fue amargo.

Ghost of you  •Chaennie•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora