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Chuuya abre la puerta y luego vuelve a cerrarla.

—¡Yumeno, quédate en mi habitación y no salgas!— Grita —Si un tipo con cara de drogadicto entra dispárale con la 9mm bajo mi almohada —

Escucha los pasos de Yumeno y Chuuya abre la puerta nuevamente.

—Siempre me das las más cálidas bienvenidas Chuuya — Dice Fyodor —¿Quién es Yumeno?—

—¿Qué haces aquí Fyodor?—

—Tengo negocios en la ciudad y vine a verte ¿Quién es Yumeno?—

—Hubiera sido genial que al menos fingieras no ser un psicópata y me hubieras preguntado dónde vivo—

—Eso te daría la oportunidad de irte antes de que llegue ¿Quién es Yumeno? —

—Mientras más preguntes quien es Yumeno menos te lo voy a decir—

Fyodor sonríe.

—¿Es alguien a quien no debería ver?—

—Tal vez si, tal vez no ¿Por qué te importa?—

—Estás a la defensiva, ya te prometí portarme bien con tus seres queridos —

—¿Me lo juras?—

—Si miento, siempre puedes golpearme, tú lo has dicho, mi pobre y débil cuerpo anémico no soportaría más de 3 de tus patadas—

Chuuya lo mira fijamente unos segundos y luego suspira.

—Bien, pero si quieres un saludo tendrás que irte del edificio, llamarme y pregúntame mi dirección — Dice y cierra la puerta nuevamente.

Aprovecha los escasos minutos de paz para ir con Yumeno.

Abre la puerta y ve Yumeno sentado en la cama con la pistola en manos.

—Qué obediente, te compraré un helado más tarde —Dice y se sienta a su lado.

—¿Quién era esa persona?—

—Un amigo—

—No lo parece—

—Es que él es algo peculiar, entonces quédate aquí un poco más—

—¿Por qué?—

—Honestamente, para molestarlo un poco— Chuuya sonríe —¿Me apoyas en esto?—

Yumeno asiente y Chuuya le revuelve el cabello con ambas manos.

—Gracias, ve una película en lo que regreso o algo —

Luego Fyodor lo llama y Chuuya le da su dirección.

Es divertido obligar a Fyodor a actuar como un ser humano decente, es como entrenar a un perrito.

Sabe que un día de estos Fyodor se va a aburrir de él y Chuuya terminará metido en un problema, pero se divertirá mientras pueda.

Escucha el ruido de la puerta siendo tocada y va a abrir.

—Oh, Fyodor, qué alegría verte ¿Cómo estuvo tu viaje?—

Fyodor se inclina para saludarse con los típicos tres besos europeos.

—Bastante agradable, tuve suerte de que todo haya salido según lo planeado en mi vuelo—

—Oh, eso es genial, ¿Quieres pasar? Debes estar cansado por el viaje —

—Claro, eso sería agradable —

La broma del sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora