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—Te ves horrible— Comenta Oda.

—Es que conocí a alguien — Responde.

—No has maquinado ningún plan para matar a Mori en toda la mañana, ¿Ya lo superaste?—

—No, aún lo quiero muerto, pero ahora mismo estoy centrado en demostrar las mentiras de cierta personita—

—¿Cuáles?—

—Comenzando porque no tiene novio— Dazai juega distraídamente con un bolígrafo —Además, tiene los ojos de Chuuya —

—Mucha gente tiene los ojos azules— Refuta, no quiere que Dazai se obsesione con alguien que no tiene nada que ver con esto.

—¿Acaso crees que soy tan simple? No importa el color de ojos, me miran como Chuuya me miraba— Suspira —Tengo evidencia para creer que se trata de Chuuya, pero no es suficiente para asegurarlo, especialmente si contamos las pruebas de su muerte —

—¿Y si te lo estás imaginando?—

—Su letra es muy similar, aunque la de ella parece más torpe, como si no hubiera escrito kanji en un tiempo — Dazai se revuelve el cabello, tal vez realmente se está volviendo un poco loco —Hace gestos que Chuuya hace, tiene tantas cosas que hacen a Chuuya ser Chuuya, pero es lo suficientemente diferente como para hacerme dudar si es coincidencia —

—Tal vez Mori la contrató para vengarse de ti— Oda le da palmadas en la cabeza —O tal vez estás llevando tu paranoia muy lejos ¿Cuánto has dormido esta semana?—

Oda sabe que le dijo que toda la situación era muy extraña, pero lleva meses intentando que Dazai deje de lado su venganza, Oda sabe que lo que Mori quiere es molestar a Dazai, en caso de que Chuuya este vivo, si Dazai deja de tomarle importancia Mori se aburrirá y revelará la verdad tarde o temprano.

Es decir, no quería que se obsesionara con una chica que acaba de conocer y que seguramente esté involucrada con un plan de Mori.

—Mis horas de sueño no son relevantes Odasaku— Dazai mira al hombre —No lo entiendes, casi te pierdo a ti, pero lo perdí a él, si existe una posibilidad de que esté con vida, tengo que averiguarlo—

—Entonces, ¿Qué planeas hacer?—

—La opción fácil me haría quedar como un depravado y un psicópata —

—¿Y no eres?— Se mete Yosano.

—No soy un depravado Yosano-sensei, lo juro — Dazai cubre su rostro con sus manos —Kouyou-san nos dijo a Chuuya y a mí que si alguna vez se enteraba de que le faltábamos el respeto a alguien en ese aspecto ella se aseguraría que no volviéramos a ser capaces de presentarnos en sociedad otra vez—

Dazai es coqueto y un mujeriego, pero jamás hizo o hará avances físicos con alguien que no le dé consentimiento, es una mala persona, pero incluso alguien como él tiene principios.

—Supongo que ella no es tan mala— Dice la doctora y sonríe —Sobre tu problema ¿Por qué no le preguntas directamente? Eres un genio ¿No notarás si te miente?—

—Estoy enfrentándome a Mori y al orgullo de Chuuya, no va a ser tan fácil como eso, si es Chuuya él lo negará hasta que se muera— Se encoge de hombros —Además está el tema de la cabeza—

—¿Quieres que la revise?— Ofrece la doctora —Tal vez se te pasó algo —

—No es posible, la enterré— Dazai la enterró a un lado de las banderas, así lo había pedido Chuuya en su testamento, lo sabe porque él estuvo ahí cuando lo actualizo.

La broma del sigloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora