2. Ben

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—Cariño, puedes ir arriba a habitación y desempacar. Entre más rápido acabemos con esto mejor—suguirio vivien, mi madre, acariciándome la espalda.

—Esta bien, mamá—Suspire y tome mi maleta.

Subí al piso de arriba y encontré una habitación, supongo que esa sería la mía. En ella ya habían algunas cajas de la mudanza.

Le di un recorrido rápido con la mirada. No era nada del otro mundo. Entre lentamente, y ese sentimiento y un escalofrío volvieron.

Sacudí la cabeza e inspeccione un poco el cuarto. En un estante encontré un tocadiscos, sonreí y sople para eliminar el polvo de este. Fue una gran coincidencia, yo tenía muchos discos, pero hace un tiempo mi tocadisco había dejado de funcionar.

Tomé una caja del suelo, para empezar a desempacar cuando se escuche un rechinido proveniente de la puerta, voltee rápidamente, pero nuevamente no había nada.

Malditas películas de terror, me dejaron traumada.

(...)

Termine de acomodar un poco de mis cosas, mi madre grito para que bajara con ella.

—¿Acabaste?—Pregunto cuando entre a la cocina.

—solo algunas cosas— Respondí y vi junto a ella a una señora pelirroja, un poco mayor—¿Buenas tardes?

—Mucho gusto, señorita, soy Moira—Respondio la antes mencionada con una sonrisa.

—mucho gusto Moira—Le devolví la sonrisa.

—Ella será nuestra mucama cariño, trabajo aquí con dueños anteriores—Dijo mi madre.

—Bien...¿Y Ben? Necesito preguntarle dónde dejo algunas cosas—Pregunte .

—Esta en su estudio—Dijo Un poco distraída.

—Bueno, voy a buscarlo.

Me dirigi a dónde sería el consultorio de papá y abrí la puerta.

-Be... Oh, lo siento, no sabía que tenías paciente_Dije desde la puerta.

—No cariño, está bien— Respondió con una sonrisa, detestaba esa sonrisa—Tate ¿me permites?—Pregunto, y visualice a un chico rubio de ojos marrones sentado en un sillón.

—Claro, señor Harmon, no hay problema— Contestó el chico dándole una sonrisa a mi padre antes de dirigir su mirada hacia mi. Hicimos contacto visual un momento. Su mirada tenía algo interesante. Rompí el contacto visual para ver al cretino de mi padre.

—Ben, ¿Sabes dónde está la caja de mis discos? —Pregunte sin ánimo.

—¿Ben? Auch, ¿ya no me dirás papá?—Dijo con un tono ofendido.

—¿Sabes dónde está la caja?— Evadi su comentario.

—Esta en la sala junto a la vajilla—Respondió resignado.

—Gracias, y permiso —Dije antes de girarme para largarme de ahí, pero antes volví a sostenerle la mirada al rubio.

𝐷𝑒́𝑏𝑖𝑙 𝑂𝑏𝑠𝑒𝑠𝑖𝑜́𝑛 -𝑇𝑎𝑡𝑒 𝐿𝑎𝑛𝑔𝑑𝑜𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora