— ¿Apellido?
— Sólo Toya.
— Está bien, entonces tú puedes llamarme por mi nombre también.
— De acuerdo, Akito.— asintió; se sentía bien estar con alguien a quién no le importaba si fuera el Príncipe de la nación o no.— ¿Eres extranjero?— su contraparte tomó esto como invitación para quedarse a charlar con él.
— No, bueno... no lo sé.— analizó su situación.— Nací aquí junto con mi hermana, vivía con ella y mi padre hasta que tuvimos que mudarnos a otro reino porque quería irse a estudiar magia, yo siempre he querido ser un caballero.— se explicó, acomodando sus manos bajo su cabeza para estar más cómodo.— Acabo de regresar a Kōraseru hoy.
— Ya veo... Yo he vivido aquí toda mi vida.— se encogió de hombros, casi toda su concentración volviendo a las estrellas, porque claro, la conversación con el chico nuevo tampoco parecía tan mala.
— ¿En serio? ¿De qué parte del reino eres? — se tensó al escuchar eso.
— Eh, bueno...— hizo memoria, había tomado un millón de clases de geografía gracias a su padre, algo se le tenía que ocurrir.— Nocturne.
— He pasado por ahí algunas veces.— recordó.— Entonces, Toya.— llamó y el susodicho le prestó toda su atención.— ¿Alguna razón en particular para estar sólo en medio del bosque?
— No realmente, estoy acostumbrado a pasar tiempo por mi cuenta.— su respuesta fue tan simple como eso, ofreciendo una galleta al de al lado.
— ¿Eso fue una indirecta para que me vaya de aquí? — preguntó, en parte bromeando, en parte "ojalá digas que sí porque no es tan malo hablar contigo".
— No, no, por supuesto que no.— negó varias veces.— ¿Tú tienes una razón en particular para asustar extraños? — le siguió la corriente tratando de aligerar el ambiente, se alegró al escucharlo reír.
— Mi hermana me abandonó hace rato.— repuso como si fuera lo más normal del mundo aceptando la comida.— No literalmente.— aclaró teniendo en cuenta lo peculiares que eran los hermanos Shinonome.— Se fue con alguien más a pasar el rato, yo ví a alguien sospechoso adentrarse en el bosque, así que pensé "¿por qué no seguirlo?" — el joven a su lado soltó un sonido algo parecido a una risa, aunque no le salió del todo porque no era del tipo de persona que se expresaba con gente que acababa de conocer.
— Parecen ser un caso especial.— comentó, era extraño pero se sentía diferente al estar con alguien nuevo, estaba agradecido con su impredecible compañía, incluso pensaba que había aparecido justo en el momento correcto, aunque claro, jamás lo admitiría en voz alta.
— Lo somos.— respondió, sintiendo que no podía parar de sonreírle a alguien que acababa de conocer.— Me recuerdas a alguien que conozco desde hace mucho tiempo.— soltó de la nada, sus palabras se habían escapado de su boca.
— ¿En serio? — el otro asintió.
— Sí, era mi mejor amigo.— la nostalgia se asomaba en el tono de su voz.
— ¿Ya no lo son? — inquirió, se había olvidado del cielo hace ya un momento porque ahora estaba apoyando su mejilla sobre su mano un poco inclinado hacia el lado en el que se encontraba el pelirrojo.
— No... ¿sí? — se confundió, mirando a otro lado para pensar.— Dejamos de hablar cuando yo me fui de aquí, estaba por verlo hoy pero cuando fui a visitarlo estaba dormido así que no quise molestar.
— Entiendo, supongo que te importa bastante...— dedujo.
— Más que nada, simplemente es la persona más increíble que conozco, de verdad me hubiese gustado estar con él todos estos años.— el tono de su voz había bajado, y se encontraba frunciendo el ceño ligeramente.
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snowlight - akitoya.
Fanfiction¿Qué sucedía con ese reino misterioso en las lejanías de la tierra? ¿Por qué tenía que convertirse en rey siendo aún tan joven? ¿De dónde venía todo su poder, anhelado por muchos? Se preguntaba Aoyagi Toya, heredero del reino Koraseru, quién después...