Capítulo 8: Área Silvestre

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El ambiente era tenso, los entrenadores habían perdido ya a dos de sus Pokémon, naboru tenía en el campo a un centiskortch gigamaxizado mientras a qué Ash únicamente contaba con su buen drizzel también con gigamax.

— ¡Hidrochorro! — ordenó Ash.

De sus manos, una gran burbuja se generó la cuál lanzo el Pokémon contra su oponente impactando en el pecho del gran cienpiés de fuego.

La cantidad inmensa de agua puso todo el campo a llover debilitando aún más al Pokémon de naboru.

Antes de que el líder del gimnasio pueda hacer nada, una gran explosión precede al ataque del drizzel del chico de pueblo paleta.

Seguido de ello, el Pokémon empieza a perder tamaño cayendo rendido ante tal muestra de poder.

El líder sonríe, un entrenador digno definitivamente.

Tras regresar a su Pokémon, le otorga su tercer medalla a Ash.

— Un buen entrenador con unos Pokémon igual de buenos... No me extraña que me hayas ganado, tu talento a superado con creces mis años de experiencia, me alegro de haber peleado contra ti y tus Pokémon hoy.

Ash sonríe mientras toma la medalla. — Me he divertido mucho combatiendo contra ti hoy, espero en un futuro enfrentarnos de nuevo.

— Así será chico, esperaló.

Ash sale del estadio tomando camino al área silvestre dónde se dirigiría a ciudad artrejo, cede del último gimnasio pero conección con pueblo ladera, lugar del cuarto gimnasio.

Mientras camina por la extensa área silvestre decide sacar a su zigzagoon para conocerlo mejor, lo presenta con pikachu y sus otros 2 Pokémon, el equipo había crecido así que era justo celebrarlo, y como no la mejor forma era con una pelea contra algún entrenador que se encontrará por el área silvestre.

Tras perderse un poco y guiados por el aroma de la comida, el grupo de cuatro Pokémon y un entrenador termina chocando con una criatura con la mitad del cuerpo rosada y la otra verde, con una mirada semi-amenazadora.

— Que Pokémon más interesante. — menciona Ash.

El Pokémon repentinamente los ataca poniendo a zigzagoon en alerta y saltando a contra atacar al Pokémon.

Luego de un intercambio de golpes, un aura envuelve al Pokémon rosa y verde para regresarlo a una pokeball.

Ash junto a sus Pokémon siguen con la mirada a dónde se dirige el rayo que guardo al Pokémon con el que peleaban hace nada.

Al ver el rostro dueño de la pokeball Ash se sobresalta.

— ¡Ma...marnie! — exclama entre sorprendido y nervioso.

— Ash... — responde sin mucho entusiasmo.

— Pensé que estarías ya en ciudad artrejo. — menciono el entrenador.

Aún molesta marnie solo se dió la vuelta y camino hacia su campamento.

— ¡E...espera! — exclamó Ash.

— Sigo molesta contigo. — sentenció la entrenadora

— ¿Que? ¿Que hice? — pregunto confundido.

Marnie lo volteo a ver con una mirada que fulminó al entrenador haciéndolo retroceder dos pasos.

— ¿Quieres saber que hiciste Ketchum?

Ash no respondió.

— ... — marnie no supo que decirle, sabía que era lo que le molestaba pero ahora que lo analizaba era algo tan absurdo y sin sentido que seguramente si se lo decía al entrenador, este solo se burlaría de ella.

Esa Sonrisa TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora