Capítulo 4

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Al día siguiente...

-La rutina que estaba tomando Atenea le agradaba sobremanera, salir a correr por las mañanas, encontrarse con Marcel y tener conversaciones muy agradables con el. Aquella noche cuando Mikael los encontró en Nueva Orleans y tuvieron que huir, le dolía demasiado el haberlo dejado y creer que estaba muerto, su padre la visito antes de iniciar su malvado plan, le ofreció irse con el a cambio dejaría a Klaus en paz, eso rompió el corazón de la chica. Jamás podría dejar a su hermano, prefería huir mil años con el a dejarlo solo y lo que más le dolía era que su padre lo odiara tanto. Ella lo amaba y lo sigue amando a pesar de haber lastimado demasiado a su Klaus, era su padre después de todo, no pudo hacer nada para evitar que aquella noche trágica sucediera, no tenía el valor de hacer frente a su padre y detenerlo, y no porque le tuviera miedo, jamás le tuvo miedo. No pudo detenerlo porque lo amaba y pensar en lastimarlo, jamás haría algo así-.

-Atenea regresaba después de correr y su conversación con Marcel, entro a la cocina a preparar el desayuno para todos, entonces escucho que tocaron el timbre y fue a abrir-.

Atenea: -Quedo en estado de shock al ver a la persona en frente de el-.

Desconocido: ¿No dirás nada?, creí que te emocionaría verme.

Atenea: -Grito de felicidad y se abalanzo sobre el-. Dios, eres tu, te extrañe demasiado.

-En eso tanto Klaus como Rebekah llegaron a super velocidad al escuchar a su hermana gritar, pensaron que algo le había sucedido, mientras Hayley llego corriendo para saber que sucedía-.

Klaus: Hermana, ¿estas bien?, ¿qué sucede?

Rebekah: Oh, eres tu.

Desconocido: Por supuesto, el hermano más guapo de todos.

Hayley: ¿Es su hermano?

Klaus: Eso quisieras, Finn. Y si, es nuestro hermano mayor Hayley.

-Atenea lo lleno de besos mientras le decía lo mucho que lo extrañaba, Finn solo se dejaba amar por su pequeña hermana-.

Finn: Bueno, mi pequeño sol me pidió que volviera al pueblo, así que aquí estoy.

Atenea: -Se bajo de su hermano y tomo su mano para adentrarlo a la casa-. Vamos, pasa. ¿Apoco no esta bonita nuestra casa?

Finn: Claro, aunque prefería la mansión anterior, esto es muy moderno y aburrido.

Rebekah: Oh si por supuesto, no sabía que eras diseñador de interiores, hermano.

Finn: -Soltó la mano de Atenea y entonces se acerco a Rebekah, la abrazo y le dio un beso en la frente-. También te extrañe hermanita, dime, ¿cómo esta Marcellus? -Con una sonrisa divertida-.

Rebekah: -Le dio un golpe, fingiendo molestia-. Eres un idiota.

Klaus: Es bueno tenerte aquí, Finn. Ya nos hacía falta el hermano mayor divertido, Elijah suele ser muy aburrido. -Con una sonrisa divertida-.

Finn: Por supuesto, nuestro noble hermano. ¿Dónde está?

Rebekah: Porque no le preguntas a nuestro hermano bastardo como traiciono esta vez a Elijah.

Atenea: Vamos Rebekah, deja de poner tus malas vibras.

Finn: ¿Qué haz hecho, Niklaus?

Klaus: ¿Yo?, yo nada. Solo divertirme un rato.

Hayley: ¿Hola?, si aquí sigo yo, por cierto.

Atenea: Dios, perdónanos Hayley, cuando los hermanos estamos reunidos, nos olvidamos del mundo.

Por Siempre y Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora