Por Siempre y Para Siempre

Capítulo 9

-Atenea despertó en un lugar completamente diferente, un lugar que no reconocía pero era sumamente hermoso, era una inmensa pradera, no había más, el cielo eran tan azul, había diversas nubes, el viento movía su cabello, acariciaba de una manera tan dulce el rostro de Atenea y se permitió respirar muy profundo, no había ruido, lo único que se escuchaba eran las oleadas de viento, el sol tocaba directamente su rostro, se sentía una inmensa paz, de pronto escucho una voz e hizo un hechizo, o más bien, lo intento-.

Desconocido: Aquí no hay magia.

Atenea: ¿Qué?

Desconocido: Conozco ese hechizo y lamento decirte que eso no sucederá, aquí no eres bruja, no eres vampiro y mucho menos hombre lobo, aquí no eres la trihíbrida.

Atenea: ¿Quién eres tú? ¿cómo sabes eso?

Desconocido: He pasado una eternidad aquí, me da un gusto volver a ver un rostro tan tierno y lindo.

Atenea: No entiendo, ¿tu me conoces?

Desconocido: Si, conozco a todas las criaturas sobrenaturales, yo las cree mi niña. -Le sonrió mientras que sus manos las puso detrás de él-. Vamos, camina conmigo.

Atenea: De acuerdo.

Desconocido: Lo sientes, ¿no? -Le echo un vistazo-.

Atenea: ¿Qué debería sentir?

Desconocido: Tus poderes, no están.

Atenea: ¿Cómo?

Desconocido: Aquí solo eres una simple humana.

Atenea: -Detuvo su andar-. ¿De qué hablas? ¿estoy muerta?

Desconocido: Por supuesto que no, jamás podría destruir a mi más bella creación. -Hizo una pausa-. Estas en un lugar que no existe ni en la tierra, ni en los cielos ni en el infierno pero que es la fuente de todo lo sobrenatural.

Atenea: Entonces, ¿tu eres mi padre?

Desconocido: Sembré la semilla sí, pero no te procree.

Atenea: ¿Y cómo te llamas?

Desconocido: Soy el padre de todo y todos, no tengo nombre, nadie conoce mi existencia y preferiría que se quedará así.

Atenea: ¿Y quieres que te llame padre de todo y todos? -Lo observo algo curiosa-.

Desconocido: Se lo que pasa por tu mente mi niña. -Sonrió y siguió su andar-. Nunca tuve que preocuparme por darme un nombre puesto que nunca había sido necesario pero creo que ahora que estás aquí y que sabes de mi existencia, tal vez deba autonombrarme.

Atenea: ¿Y cómo te gustaría llamarte?

Desconocido: No lo sé, es decir, he visitado muchos universos, muchos mundos y...

Atenea: Espera, ¿mundos? ¿universos?

Desconocido: Claro, cree muchos universos intentando crear la más perfecta existencia pero los humanos toman sus decisiones, algunas no tan buenas pero los he dejado.

Atenea: ¿Por qué? ¿libre albedrío?

Desconocido: Cuando empecé a crear la existencia de todo quise dar la oportunidad de ellos mismos pudieran crear su futuro, les di un comienzo y al dejarlos actuar por sí solos creí que ellos crearían algo perfecto, vaya fue mi desilusión cuando vi lo que creaban, destrucción, odio, miedo.

Atenea: ¿Y qué paso?

Desconocido: Quise intervenir, pero solo habría sido borrón y cuenta nueva, entonces tome la decisión de que los humanos crearan su propio destino, se aprende de los errores y algunos aprendieron, otros no tanto, en parte por eso cree el mundo sobrenatural, para reestablecer de cierta manera, los mundos, su naturaleza.

Atenea: ¿Y te funciono? -Lo dijo en un tono muy sarcástico-.

Desconocido: No en realidad, pero, ¿qué les estaré enseñando si resuelvo sus vidas? Esperarán siempre que una entidad más allá de ellos resuelva sus problemas y no aprenderán.

Atenea: Lo entiendo muy bien.

Desconocido: La vida tiene un ciclo, yo solo dejo que ese ciclo se cumpla pero volviendo al tema, puedes llamarme Jack.

Atenea: ¿Jack? ¿de dónde lo sacaste?

Jack: En un universo al que visite, vi a un joven recién nacido que tuvo que nacer siendo un adulto por la crueldad del mundo, es la creación perfecta al igual que tu, así que en su honor, el nombre.

Atenea: Es bonito. -Suspiro-. ¿Volveré a mi mundo?

Jack: Por supuesto. Solo necesitaba verte y hablar.

Atenea: ¿Por qué?

Jack: Tu historia, la historia de tu familia, en ese mundo en el que estás, eres el ser sobrenatural más poderoso que el mundo haya visto y tienes que estar preparada para todo lo que viene, porque lamentablemente, yo no estaré ahí para decirte que hacer, nos volveremos a encontrar hasta el final. -Sonrió y tiernamente acarició su mejilla-.

Atenea: -Se dejo guiar por el tacto de Jack-. ¿Pasarán muchas cosas malas?

Jack: -Hizo una mueca de tristeza-. Así es mi niña, son cosas que tienen que suceder para que al fin entiendas la realidad y la verdad que conlleva esa realidad. Tu corazón es puro. -Sonrió-. Pero habrán muchas perversidades que harán que tu corazón se vuelva una roca pero debes de recordar que tu destino no es la destrucción ni la maldad, eres un ser de luz y harás grandes cosas.

Atenea: ¿Y cómo podre mantener un corazón limpio?

Jack: Eso lo tendrás que descubrir tu sola.

Atenea: Tengo miedo. -Algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos-. Desde que volví a Nueva Orleans han pasado muchas cosas y he lastimado a mis hermanos, a otras personas y mi crueldad está aumentando.

Jack: Lo sé cariño, cometerás muchos errores pero al final del día harás lo correcto, confió en eso.

Atenea: Tal vez no deberías confiar tanto.

Jack: Eres mi más bella creación, eres perfecta en todos los sentidos, sé que harás lo correcto.

Atenea: -Sintió una extraña calidez en las palabras de Jack, así que se acerco a abrazarlo-. Gracias.

-Mientras tanto en Nueva Orleans-.

-Klaus aventaba todo lo que se encontraba, estaba frustrado, enojado, desesperado, había pasado una semana y Atenea aún no despertaba, no tenía más venas en su cuerpo pero aún no despertaba y todos los hermanos estaban realmente preocupados-.

Elijah: Es suficiente Niklaus, no resolverás nada rompiendo todo.

Klaus: Ha pasado una semana Elijah y ella aún no despierta, ¿qué quieres que haga? ¿qué vaya por ahí y haga alguna fiesta?

Finn: No vamos a resolver nada peleando, así que cálmense ambos ya.

Kol: Ya hemos intentado de todo pero nada funciona hermano, ¿qué haremos ahora?

Rebekah: Tal vez debamos dejar que sea lo que suceda dentro de ella siga su curso, es decir, no puede morir, es una original, no hay nada en el mundo que pueda matarnos y mucho menos a ella.