『Extra』

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–¡Pero que cosita más hermosa!– Chilló Sana. 

La nipona castaña, corrió hasta la sala, dónde estaban varias de sus compañeras.

–Oh dios...– Soltó Chaeyoung.– ¿Esa es?–

–¡Sana! ¡¿Qué hiciste?!–

En brazos de Sana, estaba una pequeña bebé que todas podían reconocer perfectamente. Ese lunar en la nariz y esos cachetitos no podrían confundirlos nunca.

–Digamos que accidentalmente le eché un poco de la bebida al café de Jihyo–

–¡¿Un poco?! Casi que la conviertes en un feto–

Jihyo soltó una tierna carcajada al ver el rostro de preocupación de Jeongyeon, le parecía increíblemente gracioso.

–¿Al menos sabe caminar?– Preguntó Mina.

–No lo sé– Sana picó su nariz– Vamos pequeña Hyo, inténtalo–

Soltó a la pequeña niña en el piso, quién se tambaleó un poco, pero ahí estaba la nipona para sostenerla. Con movimientos torpes comenzó a moverse y cuando se dio cuenta que podía moverse por su cuenta, "corrió" hasta los sillones, donde descansó un poco sosteniéndose.

Mina quién estaba ahí, se estiró, para acariciarle la cabecita. La bebé le sonrió, mostrando como a duras penas tenía algunos pares de dientes.

–Es una ternurita– Dijo Chaeyoung.

–Oigan, voy a pedir comida ¿Qui- Nayeon se detuvo– ¿Pero y esa pequeña cosita quién es?– Chilló emocionada.

Nayeon quién amaba a los niños con todo su corazón, se acercó a la pequeña y la levantó en brazos. Jihyo, se asustó un poco, por lo repentino que fue todo.

Sana, como una madre protectora se acercó a Nayeon... También debía admitir que se sentía un poco recelosa con la bebé.

–Hola cosita linda ¿Cómo te llamas?–

–Jihyo– Jeongyeon dijo para después soltar una risa nasal.

Nayeon abrió sus ojos y la observó bien. La pequeña quién chupaba su propio puñito la miró de vuelta.

–¡¿Jihyo?!–

La bebé balbuceó un poco, como si respondiera ante su nombre.

–Sana, tuvo la increíble idea de darle de la bebida a nuestra líder– Hablo irónicamente.

Nayeon soltó una pequeña risa, es algo que perfectamente Sana haría sin pensarlo dos veces. Al menos ya sabían que volvería a la normalidad en algún momento, probablemente tardaría más, por la cantidad ingerida.

–Tú la convertiste en eso, tú te encargas–

–¡Claro!– Sana le arrebató a Nayeon a la pequeña, ya comenzaba a sentir demasiados celos– Yo cuidare de mi pequeña Hyo– Llenó su cara de besitos y se fue de la sala, quería mostrarle a las demás a su bebé.

–¿De verdad dejarás que Sana la cuide sola?– Nayeon enarcó una ceja.

–Claro que no– Jeongyeon suspiró– Acompáñame a comprarle leche–

Antes de salir, Jeongyeon se aseguró de votar el resto del líquido por el fregadero. No quería más hijos... Al menos no por unos buenos diez años. 




Un "pequeño" problema divido en 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora