『9』

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–¿De verdad lavaron tu teléfono?– Jeongyeon se sostenía el estómago por lo fuerte que se reía.

–Sí. Ahora cállate y ayudame con esto– Esta vez Jihyo se había encargado de cocinar la cena, mientras Jeong (por obligación) jugaba de verdad a las escondidas.

La mayor se acercó aún riéndose un poco, ayudando a su líder a servir la bebida.

–Oye, Hyo. Creo que no alcanzará el chocolate–

Rápidamente contó los vasos.

–Está bien, yo no quiero– Mintió.

Justo en ese momento recordó todas las veces en la que su madre había dicho eso, solo para brindarle el último bocado a su pequeña y que está fuera feliz. Extrañaba a su madre... Seguramente la visitaría después de todo este embrollo.

Jeongyeon llevó las bebidas y ayudó a llevar también los platos.

–Iré a buscarlas a todas–

–No hace falta– Jeongyeon la detuvo– Mira. ¡A comer!–

Comenzaron a escucharles los pasitos de las pequeñas corriendo. En un par de segundos todas ya estaba ahí, emocionadas y hambrientas... Incluso Momo.

Cuando todas se sentaron empezaron a comer, mientras hablaban la una con la otra, alguna de las pequeñas contaba orgullosa algo que había hecho, nada especial pero a ellas les parecía impresionante y más aún cuando eran elogiadas por las mayores.

–Toma– Jeong le ofreció su bebida a Jihyo.

–No hace falta, unnie. Estoy bien–

–Insisto, has hecho un excelente trabajo hoy–

–Tú también, unnie... Aunque hayas amarrado a Nayeon a una silla o las hayas engañado para que se mantuvieran escondidas–

La mayor río nerviosa y se rascó la nuca.

–Está bien– Jeongyeon tomó el vaso vacío de Momo y sirvió la mitad ahí– Entonces para las dos–

A la líder le parecía mucho mejor esa propuesta, así que la aceptó.

–Ahora hay que hacer algo para que se duerman. Estoy segura que la mayoría querrá compañía y solo somos dos–

–Tengo un sartén–

–Jeongyeon.– Su tono bajó unas cuantas escalas.

–Es broma, es broma ¿Qué tal una película?–

Era una buena idea, podían poner algo lo suficientemente largo para que las pequeñas cayeran rendidas en un sueño. Realmente esperaban que eso sucediera, porque ellas ya estaba lo suficientemente cansadas y aún debían arreglar el desastre que tenían como casa o Jeongyeon le daría algún ataque si ese lugar continuaba así.

°°°

–Yo quiero quedarme con la pijama– Momo se cruzaba de brazos.

–Está toda llena de helado, no puedes quedartela– Jihyo trató de ponerle una camiseta pero la pequeña renegó.– Solo la lavaré y mañana podrás usarla–

"Mañana" desde que empezó el día nunca creyó que viviría tanto tiempo con su grupo siendo menores.

–Aparte, nos estamos perdiendo la película–

–Está bien– aceptó a regañadientes– Pero una película sin palomitas no es una película–

–Acabas de cenar, Momo. No mas comida para ti, te hará daño–

Un "pequeño" problema divido en 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora