Más Que Pasión

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Nos quedamos abrazadas por un buen tiempo, su caricia en mi cabello era tan buena que me hizo dormitar. Cuando desperté un poco más tarde, estaba sola en la cama, las sabanas hasta mi cuello y almohadas rodeándome por todo lado. Sonreí. ¿Será que Lauren decidió rodearme por miedo de que cayera de la cama? Tan linda. Levanté mis brazos y me estiré mientras bostezaba.
"¿Lolo?"
Llamé un poco soñolienta, llevando mis manos hasta mis ojos para restregarlos. Como no obtuve respuesta, me senté en la cama viendo a mí alrededor. ¿Estaba sola? Hice un puchero levantando el cobertor para salir de la cama, cuando vi una hoja de papel sobre el colchón a mi lado. Sonreí al reconocer la letra.
"Te veías tan linda durmiendo que no quise despertarte, espero que te hayas quedado quieta. Salí a comprar algunas cosas para comer y beber, no me tardo.
Te amo, Camz."
Me quedé sonriendo como idiota releyendo ese papel mil veces, estaba considerando tomar una tijera y recortar ese "Te amo, Camz" y pegarlo en la parte de atrás de mi iPhone. Suspiré y doble el papel, saltando en la cama y corriendo hasta mi bolsa para guardarlo. Tomé una pluma y un pedazo de papel de mi agenda, apoyándolo en la pared más cerca para escribir algo.
"Te amo, Lolo. Gracias por el día maravilloso.
Tu Camz."
Mordí mi labio inferior y doblé el papel, guardándolo dentro de su bolsa. Pedí para que no se tardara en leerlo, estaba ansiosa por ver su expresión. Guardé la pluma y caminé hasta la televisión, encendiéndola. Me senté en la cama con todas esas almohadas con el olor de Lauren a mi lado, tomé una en mis brazos e iba a llevarla hasta mi nariz cuando algo que pasaban en la televisión llamó mi atención.
"El cantante británico Ed Sheeran dará su primer concierto de su nuevo tour en Paris, esta semana. Según información algunos fans ya están guardando sus lugares en las filas."
Casi tuve un derrame. Me quedé de pie sobre la cama y comencé a saltar igual a una loca.
"Oh my God! Oh my God! Oh my God!" Estaba gritando, el colchon hundiendose bajo mis pies y mis manos sujetaban mi pecho mientras saltaba. "¡Auxilio!"
La puerta se abrió y me encontré a una Lauren con una expresión de susto. Sus manos llenas de bolsas. Quise saltar sobre ella.
"What the fuck?"
Me preguntó riendo mientras entraba.
"Ay, Dios, ¡Lauren no sabes quién dará un show aquí esta semana! ¡No sabes!"
Yo todavía saltaba, ya estaba perdiendo el aire.
"Primero..." Laur dejó las bolsas sobre la mesa de centro y se volvió hacia mí, llevando las manos hasta la cintura. "Deja de saltar en la cama, te puedes lastimar. Ahora, dime cuál es la causa de tanta euforia."
Hice lo que me pidió y me curvé hacia ella con la mano en medio de mi pecho, intentando tomar el aire que ya no había en mis pulmones.
"Ed Sheeran."
Dije cerca de ella. Sus ojos casi se salieron. Ella sonrió y me lancé hacia atrás en la cama.
"¡No es cierto!"
"¡Lo es! Lo acaban de pasar en la televisión."
"¡Nosotras iremos!" Lauren dio tres saltos, aplaudiendo. "Tenemos que hacer presencia y matar a las chicas de envidia."
"¡Es claro que tenemos que ir, Jauregui!" Rodé en la cama. "Hasta me puse nerviosa."
"¿Cuándo no estás nerviosa?"
Ella rio burlándose de mi cara mientras se agachaba para tomar de las bolsas lo que había comprado. Me senté.
"¿Qué compraste? Pudiste haberme despertado, no me gustó despertar sola con todas estas almohadas."
Dije con un puchero haciéndola reír.
"Puse las almohadas exactamente por eso, para que siguieras caliente y no sintieras que no estaba más." Creo que estaban saliendo corazones de sus ojos. ¿Por qué tenía que ser tan linda? "¿Leíste el papel que te deje?"
"Ajam..." Mordí mi labio inferior. Estaba casi mandándola a abrir su bolsa. En cuestión de segundos la pequeña mesa estaba llena de cosas. Podía ver desde la cama el bote de Nutella, un paquete de chicles, unas galletas que no pude identificar, dos velas rosa grandes, un frasquito con un líquido rojo, una caja negra grande y dos botellas de vidrio. Tuve curiosidad. "¿Qué hay en esas botellas, Lolo?"
Lauren me vio con una sonrisa divertida mientras se quitaba la chaqueta que llevaba. Antes de responderme sostuvo su cabello en un nudo en lo alto de la cabeza.
"Es una hay vino, en la otra Vodka."
Me guiñó. Alcohol. No, alcohol no, por favor. Creo que en el fondo aun sentía aquel dolor de cabeza. Reí bajo.
"Te estás haciendo alcohólica. Le diré a Ally cuando lleguemos, vas a ver." Me sacó la lengua. "Hey, ¿cómo pudiste comprar esas bebidas?"
"Tengo dieciocho, ¿se te olvidó? La niña aquí eres tú."
"Oh, se me olvidó ese detalle, mamá."
Rodé los ojos y la ignoré, moviendo mis pies de un lado a otro. Ella aun reía cuando fue en dirección a su bolsa, me quedé ansiosa y reprimí una sonrisa cuando la vi con el papel en la mano.
Le guiñé y ella estaba sobre mí llenando mis mejillas de pequeños besos.
"Awwww." Decía mientras me atacaba, en donde yo apenas intentaba empujarla de los hombros. Me estaba sofocando. Reí. "Linda, perfecta, maravillosa."
"Detente, Lauren." Respiré hondo. "Me vas a matar de sofocación."
"Eres mí Camz, ¿no lo es?"
Bien, sin estar satisfecha de haberme sofocado decidió que hacerme cosquillas era el mejor remedio. Exploté en una carcajada, mi cuerpo estaba curvándose mientras ella reía ajena a cualquier cosa. Odiaba las cosquillas, de verdad las odiaba.
"Detente... Ay, mierda!"
Creo que estaba muriendo, no podía respirar.
"Responde y yo me detengo." Mordió mi abdomen, sus dedos haciendo cosquillas ahí. "¿Eres mía y sólo mía?"
"Solo tuya." Grité, mi garganta seca de tanto reír. "Tuya para siempre, desde que estaba en la barriga de mi mamá, desde The X Factor, hasta el fin. Ahora para."
"Yes, baby."
Con una pequeña mordida en mi abdomen Lauren dejó las molestas cosquillas. Me quedé tendida en la cama intentando recuperar el aliento.
"Me las vas a pagar, Jauregui, cuando menos te lo esperes."
Ella rio alto.
"Voy a estar esperando, Camz." Me dolía la panza. "Voy a ponerme la pijama y ya vuelvo para comer, espera. Voy rápido."
Tan solo asentí, no tenía fuerza ni para pestañear.
Lauren no tardó mucho en el baño, pronto estaba subiendo a la cama con todas las chucherías que creía que debíamos comer por hora. Tenía hambre, lo confieso. El frasco de Nutella era más gran de que lo normal, el frasco de Cheddar y la bolsa de Doritos también.
"Creo que puedo comerme todo esto yo sola."
"Ni lo sueñes."
Me entregó un vaso, abriendo la latita de la Coca-Cola y dividiéndola entre las dos.
"¿Será que si como Doritos con Nutella me dará dolor de panza?"
Pregunté haciendo un gesto, recibiendo la risa de ella.
"Asquerosa. Son dos cosas que no se deben mezclar." Rodé los ojos.
"¿Y? En el estómago todo se revuelve al final."
Como Lauren sabía que no daba discutir conmigo, ya que siempre yo era quien ganaba, se encogió de hombros y comenzamos a comer. Terminamos con la bolsa de Doritos y con el frasco de Cheddar en minutos, ni siquiera le estábamos prestando atención a la película que pasaban en televisión de tanta gula. Lauren aun estaba lamiendo sus dedos cuando abrí el frasco de Nutella, entregándole una cuchara a ella y yo quedándome con otra.
"Segundo round." Sumergí mi cuchara en ese veneno y la llevé a la boca. "Hmmmmm, Dios!" exclamé con la boca llena.
"Concuerdo con Mani, la Nutella debería ser distribuida gratuitamente en la calle."
Dijo riendo haciendo lo mismo que yo.
No sé por cuánto tiempo nos quedamos deleitándonos con eso, hasta que me entró la curiosidad por algo.
"¿Por qué compraste velas, Lolo? ¿Por si acaso hay un apagón en Paris hoy?"
Arqueé una ceja escuchándola reír.
"Son velas aromáticas, Camz. Fui a una tienda de trajes de baño y las compre junto con un aceite para hacer masajes." Estaba comenzando a gustarme eso. "Tiene un olor delicioso y la chica de la tienda dijo que se pone caliente cuando entra en contacto con la piel."
Interesante, muy interesante. Lo más interesante aún era la sensación de que ella quería decirme algo, su expresión la denunciaba.
"¿Qué es esa cara?"
Pregunté dejando la cucharada de Nutella en el frasco.
"Nada." Lauren se encogió de hombros, sus mejillas colorándose. Hice cara de quien no estaba creyendo y ella rio. "Ok, te voy a decir. La verdad es que quería pedirte algo."
"Dime."
Dije firme mojando mis labios.
"Quería pedirte un masaje. Quiero decir, con el aceite, ¿sí sabes? Estoy con un poco de dolor de espalda. ¿Lo harías?"
Ella se sonrojó unas treinta veces después de pedirme eso. Pasó del rojo a rosa, del rosa a azul, de azul a negro. Sus ojos verdes estaban fijos en su regazo.
"Voy a contarte, Lauren, soy muy tonta haciendo masajes."
Dije sonriendo haciéndola reír. La verdad mi corazón se agitó con solo imaginarme haciendo lo que ella me pidió. Santo cielos!
"Tonta."
Gané un golpe en la pierna y nos quedamos riendo por varios segundos, hasta que me levanté animada.
"Vamos, limpia la cama que yo voy por el aceite." Sujeté mi cabello como el de Lauren mientras ella me observaba. "Voy a encender las velas, si es para relajar, entonces vamos a relajarnos."
Lauren soltó una carcajada nerviosa, pude darme cuenta de su sutil tensión. ¿Será que ella estaba tan tensa como yo lo estaba? Ganas de bajar la mano por mi garganta y sujetar mi corazón.
Mientras iba por el aceite y las velas, ella limpió la cama y sacó la basura, extendiendo la colcha. Puse una vela en la mesa al lado derecho y la otra al lado izquierdo. Prendí las dos y apagué la luz de la habitación, dejando solamente la televisión encendida.
Subí a la cama y me deslicé cerca de ella con el frasco de aceite en la mano. Vi sus ojos.
"Acuéstate." Mordí mi labio inferior. "De espaldas."
No sabía descifrar lo que veía en sus ojos, estaban más verde que nunca, casi un musgo. La coloración oscura me causaba calor de alguna forma. Con una lentitud eterna ella se acostó sobre su estómago en la cama. Me curvé un poco y pasé mis muslos sobre su cuerpo, sentándome en su trasero. Lauren suspiró, yo suspiré. Aparté su cabello hacia un lado, llevando la mano hasta el borde de su blusa.
"Necesito que te quites la blusa."
Dije intentando parecer lo más tranquila posible. Ella se tardó un poco para actuar, creo que estaba intentando asimilar lo que dije. Cuando se movió debajo de mí, le di un poco de espacio para que lo hiciera. La piel blanca de su espalda quedó expuesta cuando volvió a recostar su cuerpo. El sostén que usaba era azul, lo que combinaba perfectamente con su piel casi color leche. Sin pensarlo dos veces llevé mis dedos hasta el cierre del sostén y lo abrí. Lauren no reclamó, no se movió, tan solo respiraba de una forma no muy tranquila. Mordí el labio inferior y me bajé un poco sobre ella para decir algo en su oído.
"Relájate, si tienes el cuerpo tenso no va a dar mucho efecto. ¿Entendido?"
Asintió leve, en donde pude escucharla tragar saliva. Me senté nuevamente, pero no dejé todo mi peso sobre ella. Quería acabar con sus dolores no causarle uno más. Quité la tapita del pequeño frasco lo llevé hasta mi nariz, tenía un olor delicioso. ¿Uva? Sí, claro que sí. Puse un poco en mi mano y lo froté con la otra, eso de verdad calentaba. Respiré hondo y las deslicé por la espalda de Lauren, de abajo arriba.
"Hmmm." Murmuró.
La sensación de tener esa piel desnuda debajo de mí era maravillosa, tan suave. Murmuré junto a ella. Deslicé nuevamente, ahora de arriba abajo con una leve presión, presionando la piel de su cintura cuando llegué ahí. Rocié un poco de aceite en sus hombros, frotando y presionando sin mucha fuerza. Creo que me estaba ablandando, ¿o era Lauren debajo de mí derritiéndose?
"¿Está bien así?"
Pregunté con la respiración pesada mientras bajaba mis manos por su Columba, rasgueando.
"Ni siquiera sé decir el adjetivo que le doy a esto, Camila."
Su voz estaba presa contra el colchón, completamente ronca. Me dijo Camila y no estaba molesta, entonces, ¿cómo estaba? Cerré los ojos para no pensar. Seguí lo que estaba haciendo en sus hombros, en la columna, en sus costillas, en los hoyuelos de su espalda, cuello. Todas las veces que ella gemía bajo y suspiraba yo la acompañaba, no pensé que eso sería tan placentero.
Después de largos minutos en eso, bajé un poco la cabeza y soplé toda la región cubierta por aquel olor, sintiendo su cuerpo erizarse. Terminé con un beso en su nuca antes de bajarme de ella, acostándome a su lado.
Observé su rostro que era iluminado por la luz naranja de las velas, lo que le daba un aire sexy y relajado. Cuando abrió sus ojos y me vio, sentí como si todos los huesos de mi cuerpo hubiesen sido cambiados por gelatina. Shit!
"Eres hermosa."
Dije bajo, muy bajo, pero ella fue capaz de oír, pues le dio paso a la sonrisa más linda del mundo y suspiró.
"No como tú." Susurró de regreso viéndome con toda aquella inmensidad verde, haciéndome darme cuenta cada vez más que lo que yo sentía era mucho más que pasión, que una fuerte pasión, era más intenso, más caluroso, más maduro. "No tienes ni idea."
Sonreí quitando una mecha de cabello que caía por sus ojos. Me deslicé un poco más cerca de ella y subí mis dedos por su columna, haciéndola temblar. Podía acostumbrarme a eso.
"Gracias a ti, Camz."
Giré un poco la cabeza hacia el lado para ver mejor sus ojos sin dejar el cariño.
"¿Por qué?"
"Por esta sensación y por el día maravilloso. Solo... Gracias."
¿Conocen esa sensación cuando sientes que todo en el mundo podría ir río abajo que no te importaría? Bien, ese era el momento. Sonreí apasionada y bajé la cabeza para besar su hombro. Quería que el tiempo se detuviera.

Falling In Love For The Last TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora