¿Cínica? Casi nada

1.1K 56 2
                                    


Nos quedamos por ahí un buen tiempo, tan solo compartiéndonos. Le canté a ella, ella me cantó, intercambiamos besos tranquilos y cariñosos, palabras cursis e intensas miradas. Así es el amor, ¿no? Si nunca tuviste el placer de sentirte perdidamente enamorado de alguien, todo lo que puedo hacer es lamentarlo mucho.
Cuando nuestros traseros dolían de estar tanto tiempo sentadas en el suelo, corrimos a la cama y prendimos una laptop, habíamos recibido un mensaje de Mani para entrar a Skype. Y fue justo lo que hicimos.
Puse la laptop sobre mi regazo y Camz se sentó a mi lado, no muy cerca para no darle motivos a Mani para comenzar con sus bromas. No tardó mucho para llamar.
Manibear llamando L.Jauregui...
"Hey Girls."
Dijo animada saludando, haciéndonos reír. Cuánto extrañaba a esa negra hermosa, era mala toda aquella distancia.
"Hey Mani" -Dijimos Camz y yo al mismo tiempo. "¿Cómo están las cosas por allá?" -Pregunté.
"Mejor imposible, créanme. Ya van a ser casi tres horas desde que estoy acostada sin levantarme, ¿pueden creerme? Hace más de un año no me daba un lujo así."
"Claro que te creemos, Camz y yo no nos levantamos para nada desde que llegamos. Bueno, solamente para hacer turismo y como hoy está nevando mucho, decidimos quedarnos aquí."
Le expliqué a ella mientras Camz se concentraba en arañar mi muslo por debajo de las sabanas. Quería golpearla.
"No sentiré envidia, ya que tengo sol, piscina, comida en la mano y piernas al aire. Disculpa, Jauregui."
dijo Mani haciéndonos un gesto de desdén y yo caí en una risa nerviosa. Sí, nerviosa porque Camila estaba subiendo su mano hacia mi ingle, y lo peor era su cara de "no estoy haciendo nada" mientras veía a Mani.
"Te extraño Manibear."
Camz hizo un puchero al igual que Normani, en aquella melocidad ya conocida. ¿Cómo es que ella podía ser tan cínica? Estaba acariciando mi ingle, que aún sobre la sudadera que usaba, me estaba dejando loca e incómoda por estar siendo vistas. Ella me lo iba a pagar caro.
"Aww, yo también Mila. Ya puedes hacer otro poema para sentirte un poco más cerca. Ally está medio depre sin ustedes y Dinah, ya sabes lo sentimental que es, ¿no?"
"Lo sé, también extraño mucho a mi enana. Hablando de ella, ¿en dónde está?"
Respiré hondo y mordí mi labio inferior intentando poner la cara más normal del mundo. Si sus dedos llegaban un poco más hacia el lado, tocaría una región muy interesante de ser tocada en ese momento.
"Durmiendo, te digo que está medio deprimida." -Camz suspiró tristemente. ¡Perra! "Lauren, ¿qué es esa cara? ¿Te estás sintiendo mal o algo así?"
"¿Eh?"
Pregunté por impulso sintiendo la sangre escapar de mi rostro. Camila me miró, sus ojos brillando en diversión y malicia. Que ganas sentí de agarrarla, ahorcarla o no sé.
"¿Te estás sintiendo mal, Lauren? De verdad no te ves muy bien."
Presionó mi muslo. Deslicé los dedos por mi cabello y sonreí, llevando la mano izquierda hasta mi sien para frotarla.
"Sólo un pequeño dolor de cabeza, ahorita se me pasa." -Mentí.
"Toma algo rápido, no dejes que empeore."
Dijo Normani con mirada preocupada y me sentí mal por dejarla de esa forma por culpa de una mentira. ¿Por culpa de quién? Mierda.
"No te preocupes Mani, voy a estar bien."
Dije sobre un suspiro. No satisfecha intentándome tentar sobre la ropa, decidió ingresar su mano debajo de mi sudadera. Ella. Tenía. Sus. Dedos. En. El. Elástico. De. Mi. Ropa. Interior. Así no se puede vivir, no podía respetar nada, no podía ir despacio, no podía respirar. Temiendo lo peor, sujeté la mano de Camila para que no se moviera, ella no haría eso frente a Mani, obviamente no.
"Hm, bueno. Bien, chicas, voy a colgar porque ya me dio hambre y necesito comer algo. Fue bueno verlas, de verdad las hecho mucho de menos. Espero que el tiempo pase rápido para vernos. Cuídense. Las amo."
Camz se inclinó un poco y besó la pantalla, justo en la frente de Mani, si no hubiera estado tan tensa me hubiera reído de el momento. Normani sonrió e hizo lo mismo.
"Chao, Mani. También te amamos mucho. Dale un beso a Ally de nuestra parte."
Camila era para todo sonrisas. Lo que era de ella estaba guardado.
"Te amo, Mani."
Dije sonriendo, mandándole un beso. La vi despedirse por ultima vez antes de que cerrara la llamada.
Cerré mi notebook rápidamente y lo dejé a mi lado. Camila iba a salir de la cama, pero fui más rápida y la tomé de su tobillo, haciéndola caer boca abajo entre risas. Negué y me acosté sobre ella, envolviendo su cabello en mi mano para sujetarla con firmeza. Tomé las mechas un poco para mantener su oído cerca de mi boca.
"¿Para dónde crees que vas?"
Susurré en su oído. Ella cerró los ojos y sonrió, podía sentir su cuerpo en un leve temblor.
"Creo que iba a tomar un baño."
Su voz era cinismo puro. ¿Ya mencioné que me excitan las personas cínicas? Bueno. Si pudieran ver la cara de cínica de Camila...
"Todo lo que vas a hacer es quedarte aquí y responderme." Mi brazo libre estaba a nuestro lado de la cama, apoyándome. Su cabello estaba enredado hasta el final de mi antebrazo, si ella quisiera salir de ahí tendría que implorar mucho, porque no tenía otra opción. "¿Eres loca, Camila? ¿De casualidad no tenías noción de la gravedad de lo que estabas haciendo frente a Normani? ¿Y si ella hubiera notado algo?"
Pregunté un poco falta de aliento. La punta de mi nariz estaba recorriendo su cuello y por más que intentara mantener el control, se me hacía difícil cuando estaba literalmente sobre su trasero. ¡Y qué trasero!
"Lo soy, Jauregui, soy completamente loca." Esa voz arañada me estaba matando, ella sabía jugar muy bien. Podía ver sus labios separados en una respiración fuerte por causa de la presión que hacía mi cuerpo en su espalda, los ojos presionados y los dedos arrugando las sábanas blancas debajo de nosotras. "Y ella no iba a darse cuenta de nada, además, yo no estaba haciendo  nada." Ella conseguía irritarme y estremecerme tanto que mordí su hombro con fuerza. "Nada que no quisieras."
Dijo en medio de un gemido riendo bajo. Sí, Lauren, debes estar segura de una cosa en la vida; nunca juegues de esa forma con Camila, porque es obvio que vas a perder. Lógico, perder el juicio.
Respiré lo más hondo que pude y llevé mis labios a su oído nuevamente, rozándolos por ahí antes de hablar. Camila se erizó, sonreí.
"Creo que te castigaré por eso, ¿sabes?"
Bajé la punta de mi lengua hasta su punto de pulso en el cuello, chupando el lugar lentamente. Ella gimió, prendiéndome.
"¿Y qué vas a hacer? ¿Fue una chica muy mala?"
"Bad girl, Camz." Me moví un poco sobre ella. "Very, very bad. Así resulta difícil ir despacio, no lo facilitas mucho."
"Debe ser porque no puedo mantener mis manos lejos de ti, Lauren."
Ella gimió bajo cuando chupé nuevamente su punto de pulso, soltando un poco la presión que mantenía en su cabello para que relajara la cabeza sobre la cama.
"Ajam, y esa falta de control tiene ciertas consecuencias."
Sonreí contra la piel de su mejilla, dando leves besos. Ella sonrió, su sonrisa era una mezcla de tensión, cariño y amor.
Solté su cabello y deslicé mi nariz por él, disfrutando su olor. Una de mis manos recorrió la lateral de su cuerpo para entrar debajo de su blusa.
"Sigue hablando..."
Murmuró bajo con los ojos cerrados, el labio inferior entre los dientes, su cadera moviéndose lentamente debajo de mi cuerpo y ese movimiento entrando en contacto exactamente en el lugar en el que latía en mí. Gemí contra su hombro, puedo afirmar que el verde de mis ojos debía estar en un color oscuro en ese momento. Así que, para acabar con toda nuestra tensión hasta que llegara el momento perfecto para nuestra primera vez, tuve una idea.
"Hoy en la noche vamos a jugar." Subí mi mano dentro de su blusa. "Yo te hago una pregunta y tú respondes, si aciertas te doy permiso de que elijas un lugar de tu cuerpo en donde pueda lamer y beber un poco de vodka."
Mordí el lóbulo de su oreja. La expresión en el rostro de Camila en ese momento no podía explicarla, ni siquiera podía descifrar la mía, eran tantas sensaciones al mismo tiempo que era imposible.
"¿Puedo hacer lo mismo en ti?"
Me preguntó completamente ronca, no dejaba de moverse debajo de mí. Tomaría un baño helada terminando con eso, por todo lo más sagrado. Arañé su espalda.
"No, el castigo es tuyo." Reí. "Pero pondré algunas reglas."
"¿Cuáles?" suspiró cuando besé su nuca.
"Puedes escoger cualquier lugar, exceptuando tus pechos y...-llevé mi rodilla entre sus piernas, haciendo presión hacia el frente hasta que estuviera encajada entre ellas. Camila gimió apretando las sabanas en sus manos. ¿Qué era un gemido de ella? ¡Santo!-...y aquí. Nada en esta región ni más abajo, ni más arriba. ¿De acuerdo?"
No es que no quisiera hacerlo, pero cuando dije que aún era muy temprano para dar un paso a más en nuestra relación, hablaba en serio. Tan solo quería jugar con ella, mostrarle que también sabía cómo torturarla, y es claro que satisfacerme un poco.
"Está bien, Jauregui... Estamos en total acuerdo." Camila abrió los ojos y sonrió, llevando su mano hacia atrás hasta llegar a mi muslo. "Mientras llega la noche, ¿será que puedo pedirte una cosita?"
"¿Qué cosita?" Miré su rostro.
"Bésame. Bésame, por favor."
Amé escuchar eso, amé la forma en la que pidió que la besara, amé el tono de voz, el ritmo de su respiración, amé la sensación que me causó. Retiré mi mano de su blusa, mi rodilla de entre sus piernas y le di espacio para que se volviera boca arriba, en donde miré sus ojos.
"Pídemelo de nuevo, Camila."
Llevé mis dedos hasta su cuello, acariciándolo.
"Bésame, Lauren." Mojé los labios. "Te lo imploro."
Mi corazón latía en el cielo de mi boca y solo había una forma de amenizar eso, besándola. Bajé la cabeza y uní nuestros labios, sintiendo su lengua deslizarse entre los míos sin calma y recelo. Camila besaba tan bien que era casi imposible no querer gemir mientras saboreaba mi lengua. Sus manos estaban perdidas en mi cabello y yo perdida sobre ella. La verdad, estaba perdida en mi vida, esa chica hacía que todos mis principios morales desaparecieran.

Falling In Love For The Last TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora