Un Bárbaro y un Conejo.

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***

Una tarde donde los rayos de sol se colaban entre las hojas y ramas del bosque, una en la que los pajaritos cantaban alegres melodías armónicas.

El Rey Toshinori paseaba, quitando muy suavemente las enredaderas y evitando pisar insectos. Con los brazos entrelazados detrás de su espalda, caminaba tranquilo admirando los terrenos bajo su manto.

Escuchó el crujir de la madera no a muchos metros. Se aventuró llegando en menos de un par de minutos por su agilidad en las tierras inestables, llenas de protuberancias y huecos.

Detrás de un par de arbustos se encontraba un pequeño. Una bola de rulos pequeña, juguetando con palitos y hojas secas.

Se le escapó una sonrisa, era de las cosas que más le agradaba admirar. La inocencia de los niños, sus ojos llenos de color, sueños y esperanza.

Algo lo desconcertó.

El césped bajo el infante.

Parecía moverse a su alrededor, ofreciéndole algunas flores caídas ya secas. Se arrodilló en el suelo, apoyando sus cinco dedos en la tierra. Preguntando;

¿Qué haces, querido Bosque?

Pero no obtuvo respuesta más que el aleteo suave de una mariposa a su alrededor. Mariposa que luego de presentarse a sus ojos, fue directo al pequeño, a posarse a su nariz.

El niño de no más de tres años, sonrió alegremente y se quedó quieto, admirando la belleza del bichito.

El rubio ladeó su cabeza, confundido. El Bosque siempre fue así con él, dándole pistas en vez de decirle las cosas directamente.

Suspiró, levantándose nuevamente.

Luego de aquella vez, vino otra y otra después de esa, una siguiente y unas pares más.

Toshinori lo supo. Tras un par de semanas de investigación, seguimiento y teorías, pudo llegar a la razón. Más de una vez casi fue descubierto, nada que unas cuantas flores no ayuden a desviar la atención del peliverde.

Lo descubrió. El por qué ese pequeño lograba que los animalitos más salvajes se le acerquen, el por qué los árboles se inclinaban conforme su andar, como la tierra bajo sus pies se aplanaba para evitar su tropiezo, todo conectaba al fin.

Era el elegido.

El siguiente.

El próximo Rey del Bosque.

***

---Es solo un chiquillo. No puede ser él, Yagi.

---Lo he visto con mis propios ojos, Aizawa... No permanezcas reacio a la idea. El bosque ha decidido. Sabes que no podemos hacer nada al respecto.

---¿Cómo es eso que el bosque ha elegido? Tú, idiota, es imposible. Tú aún vives.

---Vivo a medias. Lo sabes.

---¿Tan poco poder te ha quedado?

---Siento como poco a poco la energía que llenaba mis venas va perdiendo su fuerza.

---Pero... Esto no ha pasado antes. Tal vez fueron coincidencias.

---El hecho de que solo se hayan elegido a personas mayores, no quiere decir que no pueda ser un pequeño.

---Pero, es decir, ¿sabes quién es su madre al menos?

---Eh... No.

---Al menos debería portar tu sangre, Yagi...

---El Bosque es sabio. Sabrá si el chiquillo es capaz. Quizas el destino fue trazado desde ya mucho antes por los dioses.

---¿Y qué haremos?

AU Fantasy. °•Dekukatsu•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora