Capítulo 8

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Caminamos un rato por la calle agarradas de las manos. Me di cuenta de que era algo tan natural para nosotras, la última vez que estuvimos caminando por la calle juntas, había sido de esta manera, resultaba difícil imaginarme que, en realidad, existiese alguna otra.

Al cabo de un buen rato, llegamos a un edificio que parecía sacado de cualquier película romántica inspirada en Italia, con sus balcones pequeños y llenos de trinitarias que caían por todas partes, dándole ese color vibrante a toda la ciudad.

Subimos al sexto y último piso y Amelia abrió de inmediato la puerta. Observé su interior un poco sorprendida, la decoración era muy moderna en comparación con el exterior y esto me hizo sonreír.

"Quiero preguntar." Carraspeé mientras tomaba asiento en uno de los sofás. Ella asintió para que continuase. "¿Por qué los maniquíes de ropa de oficina están sentados?" Ella sonrió mordiendo su labio inferior.

"Pues si trabajas en una oficina es muy probable que pases mayor parte del día sentado." Acercó su cuerpo al sofá y se apoyó de él. "Creo que termina siendo más importante como te queda la ropa cuando estás sentada a como te queda cuando estás parada." Me gustaba su punto de vista, hasta sonaba convincente. La observé detenidamente. Era una versión de Amelia con mucha madurez pero su esencia seguía siendo la misma.

"¿Quieres explicarme un poco cuáles son tus expectativas con el proyecto?" Asintió tomando asiento cerca de mí.

"Necesito expandir la producción de la casa de modas, me interesa hacer un taller de confecciones completo, y aprovechar para crear un tipo de experiencia para los turistas." Asentí entendiendo un poco.

"¿Piensas trabajar todos los días de la semana?" Ella negó.

"Por eso te necesito a ti, quiero que cada salón sea temático y que cada tema represente una parte de la historia de la marca." Acomodó su cabello un poco. "La idea es que esté abierto al público cuando no se esté laborando." Asentí.

"¿Qué tipo de historias quieres contar?" Ella sonrió acomodándose el respaldo del sillón y apoyando su cabeza en su mano.

"Todo lo que Amelia Jane Hansen es hoy en día, representa todo lo que he sido durante mi vida." Yo también me acomodé en el respaldo volteando mi cuerpo para quedar frente a ella. Sus ojos seguían con ese brillo especial. "Todos los momentos de felicidad, los de angustia, los de dolor, los de amor." Mordió su labio inferior observándome con ansias. "Cada uno de ellos han representado un escalón importante en el éxito de la marca."

"Me puedes dar un ejemplo de cómo quisieses representar uno de esos momentos." Ella sonrió suavemente.

"El origen de una obra maestra inicia en la mente del artista, que luego comienza a plasmar en papel, línea por línea, todo lo que está aquí." Con su dedo tocó suavemente mi frente y sonrió. "Quiero que el cuarto creativo sea una alusión al día que descubrí que esto era lo que quería hacer por el resto mi vida." Se acercó un poco más a mí. Creía tener idea de cual era ese día, pero no iba a asumirlo.

"¿Qué pasó ese día?" Susurré, tenía sus labios muy cerca a los míos, y observé su mirada que estaba clavada en la mía.

"¿Recuerdas la fiesta de Austin Wilham?" Sonreí asintiendo. "Que tu falda se rompió." Reí suavemente recordando, teníamos unos trece años y aún éramos muy amigas.

"Rompiste una toalla de mano para repararla." Su risa acompañó a la mía.

"Fue un fracaso, tuvimos que irnos escondidas para que nadie te viese, pero después de ese día mi mente comenzó a imaginarte con ropa diferente, ropa que estaba en mi cabeza." Suspiró. "Hasta un día que tomé un papel y comencé a dibujarlas." Asentí. "Era pésima dibujando, pero poco a poco fui perfeccionándolo." Suspiró dirigiendo sus ojos al techo. "Quiero que el cuarto esté decorado con todas las etapas de mi proceso de aprendizaje. Desde los más feos hasta los que se volvieron éxitos." Volvió a verme. "¿Te parece tonto?" Suspiré negando.

Siempre Tú: Emma + AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora