Siempre Tú: Emma + Amelia

Capítulo 3

Desperté desorientada luego de haber muerto por un total de trece horas. Estiré mi cuerpo lo más que pude y me envolví en mis sábanas blancas. Al parecer, Olivia se había encargado de limpiar mi cuarto y de cambiarme las sábanas a unas limpias, todo olía delicioso, lo que hizo que mi sueño resultase mucho más placentero.

Tomé mi celular y me sorprendí con la cantidad de notificaciones que tenía. Unos mensajes de Lizzie preguntándome como había llegado, ya que, a última hora, a la señora Elizabeth Campbell se le ocurrió que pasar unos días conociendo Catar sería, utilizando sus propias palabras: 'una gran aventura'. Tenía una llamada perdida de mami y unas nueve de mamá. Volteé mis ojos ante esto, la verdad que no podía entender que duré dos días viajando y que necesitaba dormir.

Tenía algunos mensajes de SDH Studio, la firma a la que pertenecíamos Lizzie y yo que respondería más tarde. Debía ir el lunes a la firma para hablar sobre mi próximo proyecto y después de eso tenía unas buenas semanas de vacaciones.

También tenía unos quince mensajes en el grupo familiar, esos decidí leerlos a ver que era aquello tan urgente.

Camila. 09:04 am:

"¿A qué hora vienen?"

Camila. 09:09 am:

"¿Aún duermen?"

Sonreí volteando los ojos, era demasiado intensa.

Camila. 09:12 am:

"Olivia, responde."

Olivia. 09:25 am:

"Madre, tu hija predilecta aún duerme. Desde que despierte, tu otra hija no predilecta te la llevará."

Camila. 11:40 am:

"¿Aún duerme? Ya hasta yoga hicimos."

Olivia. 11:41 am:

"😂😂😂😂😂"

Una risa se escapó de mis labios. Según Olivia, cada vez que tenían una sesión de yoga, ambas terminaban cogiéndose como conejas. También según Olivia, mamá era la única que hacía yoga y que mami solo se sentaba detrás de ella a verle las nalgas.

Lauren. 11:45 am:

"Déjenla dormir."

Gracias, madre.

Entré al baño de inmediato y me duché con calma, dejando que el agua tibia me arropase y que la presión del agua rompiera algunos de los nudos que tenía en la espalda.

Salí al cabo de media hora, sequé mi cabello y lo estilicé un poco, apliqué un poco de maquillaje para esconder las ojeras y me observé en el espejo.

Mi reflejo era el mismo, no mucho había cambiado. Mis facciones estaban iguales, quizá mostrando un poco más de madurez, mi cabello castaño claro y más largo de lo que alguna vez lo había tenido. Mis ojos verdes, mi piel clara, mi cuerpo con algunas curvas.

Me vestí lo más cómodo que un sábado de diligencias en Miami permitía, unos pantalones de mezclilla rectos y una camiseta de tela suave.

Salí a ver a Olivia que estaba sentada en el sofá de la sala con una tableta y un lápiz en la mano, al parecer estaba dibujando algo.

"Estás lista." Se puso de pie apagando la tableta y se dirigió a la puerta. "Nos esperan para comer." Asentí siguiéndola.

Al cabo de unos quince minutos llegamos a la casa Jauregui-Cabello y Rocío, la chica que ayudaba con la limpieza nos habría la puerta.