Miedo

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No me daba miedo nuestras discusiones, ni sus enfados, tampoco su impulsividad. Al contrario, acabe amando esa parte de ella.

Me daba miedo sus silencios, cuando se mantenía callada, solo asintiendo, a veces ni eso.

Verla dolida y más si ese dolor lo estaba causando yo de alguna manera.

Me daba miedo su indiferencia, cuando me miraba seria y me soltaba "me da igual" o "no importa". Porque sabía que cuando eso pasaba, la estaba perdiendo poco a poco,

Y no podía permitirme perderla.

Alma IntoxicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora