Vingt-trois

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-¿Estás bien ahora? -le pregunto Maia y solo recibió un leve asentimiento cómo respuesta- me alegro. Que hayas llegado hasta la carretera hizo el trabajo más fácil para los agentes. Me dijeron que no tienes nada, solo un par de moretones.

-¿Cómo está Toni? -fue lo único que rondaba por su cabeza-.

-Sigue inconsciente, no detectaron drogas en su organismo.

-Vi lo que utilizaban en él, era medicina, no se detecta como droga pero es potente, la vi en algunos casos, normalmente era más usada por familias que querían tener el dinero de una herencia que no les pertenecía.

-Despertara pronto, tranquilo.

-Me siento culpable, no me di cuenta de que Toni había cambiado, no amaba a la persona correcta.

-No era amor -posa la mano en su hombro- tienes ideas muy equivocadas sobre el afecto, pero con el tiempo lo entenderás, volveras a ir al psicólogo, hazlo por él.

-¿Quien era? El tipo.

-Gustabo...

-Estaba muerto, Toni me dijo que lo mató.

-Talvez lo pensó. Cuando despierte deberías preguntarle exactamente lo que pasó, en qué momento se torcieron las cosas.

Horacio asintió y se levantó de las sillas entrando a la habitación en la que estaba Toni, el sentimiento de culpa volvía, era horrible. Se acostó a lado de él y lo abrazo.

-Aqui estoy...

No se separó de él, los doctores y enfermeros no podían decirle nada sin recibir una mirada asesina de Maia. En unas horas Toni pudo abrir los ojos y hacer solo un par de sonidos de lamento, tristeza, se sentía inútil al no poder moverse, solo fue abrazado por H en modo de apoyo.

-Estoy contigo, calma, no me iré.

En unas horas más ya tenía algo más de movilidad pero seguían siendo algo torpes, al menos ya podía hablar con claridad.

-¿Lo merezco? -pregunto de pronto teniendo toda la atención del de cresta-.

-¿Que cosa? -lo mira-.

-Esto -se talla los ojos para no derramar lágrimas que amenazan con salir- ¿Porque las personas se empeñan en torturarme de las peores maneras?

-Toni... yo... perdóname, nunca quise...

-Si quisiste -baja la mirada- lo deseabas.

-Fue un error, estaba equivocado, lo supe cuando... ya sabes... todo se salió de control, se que no se puede borrar lo que ya está hecho.

-Horacio, lo quieras o no entiendo tus razones, pero las de Gustabo, mi padre, mi madrastra... no entiendo porque todos me odian y me dañan.

-¿Que paso? -lo recuesta en su pecho para tranquilizarlo un poco- cuéntame.

-Yo... salía del hospital, todo parecía ir normal como cualquier otro día, me había decidido por parar el plan de romperte el corazón -oculta la cara en el pecho contrario- pero ví a Gustabo y me asusté, pensé que lo había matado y estaba shock, él lo aprovecho, yo... creo que me golpeó porque no recuerdo muy bien lo que pasó, no recuerdo nada, tu has dicho que muchas veces me escuchaste llorar pero... no tengo recuerdos de eso.

-Entonces... ¿No tienes idea de porque lo a hecho? Algo dijo de querer romperme, pero realmente no me deja en claro nada, para empezar ni siquiera se como es que está con vida.

-Le dispare varias veces, no entiendo como es posible, creeme que soy el primero en no entender lo que sucede.

-Ya tendré tiempo de preguntarle...

-¿Dónde está? -lo mira-.

-Aqui, lo golpe bastante, está luchando por su vida.

-¿Que te asegura que sobrevivirá?

-Si sobrevivió a disparos imagino que podrá contra unos golpesitos con lámpara.

-¿Lo golpeaste con una lámpara?

-Fue inevitable, me enoje al pensar que te había lastimado.

-Pero... creí que Gustabo era lo más preciado para tí.

-Lo era, ahora tú eres lo que más me importa en este mundo -le besa la frente-.

Se sonroja bastante -Es... lindo saberlo, pero dime... esto... ¿Solo sientes eso por arrepentimiento? ¿Me tienes lastima?

-¿Que? No, realmente me enamore de tí por los bonitos detalles que tuviste conmigo, entiendo que en un principio lo querías hacer por venganza, pero tú mismo has admitido que te enamoraste de verdad, los dos cometimos errores y nos arrepentimos. No estoy del todo seguro lo que es el amor de verdad sin... toxicidad, no he tenido las mejores relaciones en mi vida, así que... talvez no quieras estar conmigo.

-Puedo enseñarte -desvía la mirada volviendo a adoptar un sonrojo- solo si estás dispuesto a intentarlo.

Sonríe -Claro, quiero hacer las cosas bien contigo.

Ambos fueron acercando sus rostros hasta rozar sus labios, pero antes de que pudieran dar ese paso se separaron al escuchar unos ruidos raros, como de objetos rompiendose. Horacio extrañado se levantó y salió de la habitación, vio a varios doctores corriendo hacia la misma habitación, la de Gustabo.

-¿Que sucede? -le pregunto a uno de los médicos-.

-El paciente Gustabo García despertó, pero tiene un ataque de ansiedad.

-Deje que yo me encargue.

-¿Usted? Pero...

-Yo lo hago.

El médico informo por radio a sus compañeros, mientras, Horacio se dirigió a la habitación los doctores y enfermeros fueron abandonando el lugar, solo se quedó uno con una jeringa en mano, por precaución.

Horacio vio a quien solía decir que era su hermano en aquella camilla, llorando y sujetando su cabeza, se veía como un loco, como cuando pasaba todo lo de Pogo, talvez era por eso que hizo lo que hizo con Toni, por Pogo.

-Gustabo...

-Quiero morir -dijo casi en un susurro sin dirigirle la mirada- ya no aguanto más, solo quiero que todo acabe, no lo soporto ¿Porque me trajeron aquí? ¿Porque frustran mis muertes?

-No es la forma, entiendo que Pogo sea una molestia pero no es la solución a tus problemas.

-¡Ese no era Pogo! -grito por fin mirándolo directamente- fui yo quien te daño ¡Quería hacerte sufrir! -se mira las manos- quería... quería saciar esa parte de mi que te odia a muerte -hace sus manos puños apretandolos- no sabes lo feliz que me hizo que intentaras matarme pero... ahora estoy aquí, quiero morirme ya... ¿Es mucho pedir? Ni siquiera con lo de Toni pude morir en paz, un estúpido estropeó mi plan de morir y me llevo al hospital -intenta limpiarse las lágrimas- soy patético...

-Maia dijo que cuando te recuperes irás a terapia, para solucionar tus problemas, con Pogo y... con este.

-No quiero un maldito psicólogo, solo quiero que mi vida acabe.

-Veo que realmente lo necesitarás.

Duelo [Honi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora