Quatorze

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La amistad entre Toni y Horacio fue mejorando o al menos ante los ojos del menor así era, ya que todo era un plan que el italiano tenía pensado para poder saciar su sed de venganza ¿Horacio ya se había saciado? Pues ahora le tocaba a él, ya no le interesaba si el karma vendría a por él, solo quería justicia por su propia mano, quizás no estaba pensándolo bien, él no es así... o talvez si, no lo sabía, tenía amnesia, talvez esos pensamientos tan macabros se fueron intensificando con cada golpe que no recordaba pero su subconsciente mantenía en cuenta.

Días de regalos, cenas y palabras bonitas rendirían sus frutos ¿Cuál era la mejor manera de dañar a alguien? Rompiendole el corazón o...

—¿No les parece que H está... risueño? -solto de pronto Blake tomando cafe-.

—¿Como antes de Toni? Si, es verdad -afirma Alanna quitándole el vaso- talvez ya se llevan bien.

Horacio entro a la cafetería viendo a varios de sus agentes sentados en las mesas como si compartieran jugosos chismes, solo rió y pidió un café el cuál le entregaron rápidamente.

Los pollitos miraron a la vez a J, quien se puso nervioso pero trago saliva, su miedo era cubierto por aquella máscara.

—Jefe ¿Está todo en orden?

—¿Porque no lo estaría? -sonrie-.

Todos intercambian miradas extrañados.

—Jefe... -Pamela afina si vista- ¿Que tiene en el cuello?

—¿Eh? -se cubre el cuello con una mano y un gran sonrojo se apodera de su rostro- n~nada.

—Que bien que ya superó lo de V -le felicito Alanna-.

—¿Quien? ¡Ah! Si -le da un trago a su café- estoy con Toni.

Todos se quedaron con la boca abierta pero lo felicitaron con unas caras que no disimulaban para nada, pero H al estar tan feliz no lo noto y salió del edificio a patrullar.

—Eso es terrible -dijo J sintiéndose un poco sofocado por la máscara-.

—¿Enserio Toni...? No puede ser -cuestiona Gael- ¿No H le había dicho la verdad?

—¡Si! -expresa Blake arrebatándole el café a Alanna y tomando un gran trago- Toni lo sabe.

—Se que no le dirigió la palabra por un tiempo pero... no tiene sentido.

—Talvez tiene estocolmo -dijo Pamela pensativa-.

—Entonces no se puede hacer nada -dice Axel- son adultos y pese a todo lo que a pasado en algún punto sabrán si lo que hacen es correcto o no, independientemente del estocolmo.

—Tienes razón, pero si Horacio está feliz entonces Toni también ¿No?

—El chupetón indica que si -dice Gael entre risas-.

Luego de un largo día de trabajo Horacio llegó a su casa y al entrar Toni lo estaba esperando, salto a sus brazos y le dieron besos en las mejillas sacándole un par de risitas por las cosquillas.

—¿Que tal tu día?

—Fue bastante tranquilo, la ciudad esta bajo control y todo gracias a qué soy un héroe -lo mira con ojos ilusionados-.

—Eso es bueno, la gente tiene que temer de algo para mantener la paz -lo toma de la mejilla-.

—¿Que...? -pero fue interrumpido por los labios contrarios en un profundo beso que lo hizo olvidarse por un momento de lo que acababa de pasar-.

—Toma -le entrega un osito de peluche- es del hospital, pero no creo que noten que falta uno -sonrie y agita un poco al peluche como si fuera niño pequeño-.

Ríe levemente —Es bonito -lo toma entre sus manos y lo huele- huele a... paracetamol y alcohol -restriega su nariz contra el oso- y flores.

—Me alegra que te guste -le besa la frente-.

—Yo no tengo nada para tí -baja la mirada-.

—No hace falta que me dez algo, te lo estoy dando porque te amo y está es mi forma de demostrarlo.

Ríe pero su sonrisa se desace lentamente —Toni... es desastroso para mí el pensar que... todo está bien, aún me duele lo que te hice y... mi oferta sigue en pie.

—Horacio, ese tipo de cosas no se piden, se viven, a demás, que te esté dando un amor tan puro es suficiente... porque cumple con el objetivo de hacerte sentir miserable, te sientes amado pero a la vez sientes repulsión por ti mismo.

Baja la mirada —¿Realmente me amas o solo juegas conmigo?

—No confirmarlo solo hace que dudes más, y eso messirve -le da una botella con agua- todo estará bien, deja de preocuparte y permitete ser feliz, coño.

—Talvez le estoy dando demaciada importancia, si tú ya lo has dejado pasar supongo que yo tengo que hacer lo mismo.

Habré la botella y le da un largo trago, en eso se queda pensativo, no hizo esfuerzo para abrir la botella, ya no tenía puesto el seguro, lo dejo pasar, talvez Toni la abrió para facilitarcelo. Al cabo de unos minutos sintió su alrededor dando vueltas, se sentía mareado.

—¿Todo bien? -le acaricia la mejilla con una extraña sonrisa que ahora mismo no podía descifrar-.

—No me siento muy bien...

—Talvez deberías descansar.

Toni lo cargo y el menor se aferró a él como si fuera un koala, sentía su cuerpo calentarse cada vez más y oculto su cara entre el hombro y cuello de su pareja, inconscientemente fue depositando pequeños besos hasta subirlos a los labios contrarios volviendo aquello en un fogoso beso que abriría las puertas al pecado.

El italiano lo soltó en la cama y subió sobre él volviendo a besarlo a la vez que le arrancaba la ropa a tirones.

—Rompeme, por favor -rogo Horacio en un hilo de voz- hazme lo que yo te hice.

Niega con la cabeza —No será como tú quieres.

A la mañana Horacio despertó y tanteo a su lado sintiendo que estaba solo, Toni ya se había ido al hospital, hizo un berrinche y abrió los ojos sintiéndose algo confundido, no estaba muy seguro de lo que había pasado en la noche, pero al verse desnudo y con nuevos chupetones un par de imágenes volvieron a su memoria, sonrió bobamente al recibir tanto amor que no merecía, debía devolverle el favor y darle un gran regalo.

¿Enserio no había notado que lo habían drogado? O... talvez si lo sabía.

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⚠️Último aviso, la historia es fuerte y esto es solo el comienzo de un desenlace horroroso, es momento de dejar la historia si no están preparados mentalmente para lo que pasará.⚠️

Duelo [Honi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora