One Shots "Bughead"

"Efectos Secundarios del Amor"

El amor; nadie sabe cómo describir el amor exactamente. Es aquella fuerza que tiene el poder de hacerte nacer de nuevo o destruirte. El amor es lo más maravilloso en el mundo y a la vez lo peor. A unos les va bien y a otros no.

Hay muchas maneras de describirlo, pero a veces este sentimiento puede tener efectos secundarios sobre cualquiera.

Eso es lo que Betty y Jughead sintieron. Dos almas jóvenes que supuestamente se amaban con locura y estaban destinados a estar juntos por siempre. Eso era lo que creían cuando atravesaban su segundo año en la secundaria Riverdale High.

Jughead Jones se la pasaba en el Pop's, escribiendo artículos y novelas sobre asesinos en serie mientras Betty Cooper era animadora del equipo de fútbol americano de la escuela y se la pasaba intentando ser perfecta cuando claramente nadie lo era.

Él la observaba cuando animaba o participaba en cualquier otra actividad y le parecía muy bonita, pero nunca le había hablado. Eso cambió un día.

Ella lloraba abrazada a sus piernas en un cuarto abandonado de la secundaria y casualmente Jughead entró ahí para escribir, pero lo preocupó verla tan deprimida.

—Oye— Le habló, acercándose a ella y mirándola. —No es que sea mi asunto pero... ¿Estas bien?—

Betty lo miró y se limpió las lágrimas. —Sí, estoy bien. Son cosas estúpidas de mujeres. Eres Jughead... ¿No?—

Jughead asintió. —Ese mismo. Tu eres Betty—

—Claro— Aseguró, haciendo un silencio mientras aún lo miraba. —Tu escribes... ¿Cierto?—

—Si. ¿Acaso ahora estamos jugando a quien adivina cosas sobre el otro?— Preguntó el ojiazul, divertido.

Betty soltó una pequeña risa. —No, pero necesito ayuda para trabajar en el periódico escolar y puedo elegir a quien quiera. Me haría bien alguien que ame escribir como tu—

Jughead se encogió de hombros. —Claro. Esta bien, ¿Cuando empezamos?—

—¿Ahora?— Preguntó la rubia.

Jughead suspiró. —Claro, ahora—

Así lo hicieron. Ellos empezaron a trabajar en el periódico de Riverdale High y hacían un gran equipo. El chico solitario que se la pasaba en su computadora y la chica rota que lloraba por las noches en su soledad.

Después de dos semanas trabajando, Betty y Jughead estaban en el jardín de la secundaria, ambos en la computadora, redactando el periódico.

—El encabezado tiene que ir más de este lado... muy bien Jughead— Lo felicitó Betty, con una sonrisa.

—Supongo que ya con esto terminamos— Supuso el ojiazul, mirándola, pero ella miraba otra cosa. —¿Betty?—

Ella no lo escuchaba. Estaba muy ocupada mirando algo que realmente la lastimaba.

Su mejor amigo Archie Andrews estaba coqueteando con Verónica Lodge. Ellos dos se gustaban y ella lo sabía. Pero había un detalle.

A ella le gustaba Archie, pero él no se detenía a mirarla un segundo.

—¿Estas bien?— Le preguntó el ojiazul a la rubia, preocupado.

Betty suspiró y lo miró, fingiendo una sonrisa. —Estoy bien. ¿Te parece si imprimimos esto?—

Jughead asintió y ambos fueron a su pequeña oficina de trabajo para imprimir su periódico.

Él sabía que ella no estaba bien como ella decía, pero lo confirmó por completo cuando la vio llorar en silencio en el piso de la oficina.