El trabajo de Mobei y la razón por la que él era considerado un profesional, era porque si no había necesidad de mancharse las manos directamente, no lo hacía. De alguna forma, quedó demostrado cuando prefirió matar a Liu QingGe a través de un accidente automovilístico. Los forenses encargados de examinar el cuerpo no encontraron alteraciones en su cuerpo anteriores al suceso, los policías vieron que el tanque de líquido de frenos estaba vacío, a partir de eso, fue fácil decidir que la razón por la que pasó lo que pasó fue por un descuido del conductor. Nada escandaloso y que no hubieran visto antes. De hecho, era común.
Sin embargo, personas como Shen Jiu que aseguraban conocer a Liu QingGe no se tragaron ese cuento tan rápido, tuvieron que pasar por un duelo diferente en donde un especialista se encargó de convencerlos de que estaban en un periodo de negación.
El especialista jugaba con su ética profesional al recibir dinero por su doble trabajo.
Por otro lado, había personas que sin importar cuánto dijeran los policías y psicólogos, seguían sin creerlo. Como la hermana de Liu QingGe.
Eso era lo más normal, después de conocer y vivir con una persona por toda tu vida, es complejo intentar entender acciones que desde luego, sabes que no las haría esa persona. Con lo meticuloso que era QingGe para esas cosas, solo un idiota se tragaría la historia que todo mundo trataba de venderle.
Pero ese hecho era un secreto a puertas cerradas.
Mientras eso pasaba, Mobei se encargaba de revisar los últimos detalles con un nuevo cliente, el hombre quería venganza por la destitución de su cargo político, al cual, a nadie le importaba un bledo, pero el honor y el orgullo de un hombre eran dos cosas intocables, o algo así le había dicho el viejo pedo como excusa a su estupidez.
A Mobei no le podía importar menos la razón detrás de un asesinato, hace años que había dejado de tener curiosidad por esas cosas. Lo que le importaba y a lo que apremiaba cada dos minutos era a que le dijera un nombre. Necesitaba un nombre y él haría su magia.
Pero el viejo dudaba y se secaba el sudor de la frente que le había provocado tan solo hablar de eliminar a alguien. No tenía las agallas y si había llegado a concertar una cita con un sicario, sencillamente se le podía atribuir a un momento de debilidad. Mobei había visto a muchos así. Sabía por experiencia que estaba perdiendo el tiempo.
Se levantó del mullido sillón cuando el hombre repasaba por quinta vez sus motivos, los ojos aplastados y arrugados del señor Chang se abrieron y lo miraron como si de repente se estuviera preguntado si lo mataría ahí mismo.
-Si no está seguro de lo que hace, mejor no lo haga, no habrá vuelta atrás una vez inicie. -dijo con aire solemne, el señor Chang entendió que lo que había pensado hace unos segundos era un tontería, se levantó también de su lugar y se volvió a secar la frente. Carraspeó.
-Aiya, tiene usted toda la razón. Verá, Ming es un hombre desconfiado por naturaleza, no será bueno que yo haga un movimiento justo después de la destitución de mi puesto. -murmuraba aliviado de que se le hubiera presentado una salida. -Usted, me ha hecho ver que hay que ser cuidadoso con lo que uno hace, lo mejor será esperar un tiempo a que las cosas se calmen y ¡entonces le daré un golpe fatal!
Mobei dijo algo más como que eso era lo más prudente y después salió del lugar. En el elevador notó que su celular vibraba; frunció el ceño cuando vio que era una alerta de un intruso enviada por el sistema de seguridad inteligente de su casa.
Eso era muy extraño, Mobei vivía lejos de las ciudades y de cualquier rastro de vida humana en general. La única razón por la que habría alguien afuera de su casa era porque lo estaban buscando directamente.
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El novelista y el astrofísico [MoShang][Completa].
FanfictionEn la realidad donde Shang Qinghua es un habilidoso hombre en el arte de la virtualidad y Mobei un sicario conocido por su letalidad; se dan cuenta que comparten el desdichado destino de encontrarse una y otra vez. No están felices con ello, pero si...