XIII. Nuevos comienzos

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La relación comenzó siendo a distancia, Charlie en Rumania y Brigid en Inglaterra, pero la cosa ya iba en serio y la distancia comenzó a ser un problema

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La relación comenzó siendo a distancia, Charlie en Rumania y Brigid en Inglaterra, pero la cosa ya iba en serio y la distancia comenzó a ser un problema. El problema se solucionó rápido porque no iban a dejar que fuera para largo, Charlie hablo de la experiencia de Brigid y sus buenas notas en el colegio para conseguirle un trabajo con los dragones. No fue muy difícil que su jefe aceptara porque no muchas mujeres querían trabajar con criaturas mágicas y menos con dragones. Lo difícil fue decirle a Louis que no iba a seguir trabajando con él, le tenía mucho aprecio porque se había vuelto como un hermano para ella.

-Buenos días pequeña pelirroja. - al final Louis había aceptado que nunca tendría una oportunidad con Brigid y simplemente la miro como su mejor amiga.

-Buenos días rubio tonto. - ella le sonrío, pero con la culpa comiéndole la cabeza porque hoy le iba a decir a Louis que se iba.

-Te espero dentro, toca un día de trabajo. - en estos últimos meses Louis se había centrado mucho más y su padre por fin se mostraba más amable con él. Tal vez la separación de padre e hijo fue por la poca madurez de su hijo al terminar los estudios.

El día fue muy tranquilo, las criaturas estuvieron tranquilas comparadas con otras veces y eso hizo que tuvieran un trabajo más fácil. Los duendecillos de Cornualles ya no se escapaban de sus jaulas y todo estaba mucho más organizado que antes, la presencia de Brigid en la vida de Louis fue de mucha ayuda para todo. Segun se fue acercando la hora de terminar, los nervios fueron consumiendo a la joven porque no sabía cómo se lo iba a tomar su compañero, lo apreciaba mucho y no quería que se sintiera abandonado por ella. El fin de la jornada era que Louis y Brigid se sentaran en la oficina de la Reserva para evaluar como estaban las criaturas junto a un té.

-Te noto nerviosa. - Brigid movía su pierna nerviosamente y Louis aparto sus ojos azules de los documentos.

-Qué va. - el rubio levanto las cejas, sabia cuando ella mentia porque era muy mala mintiendo.

-Algo te está comiendo por dentro, dímelo. - dejo olvidados los papeles para centrarse en ella.

-Bueno, sabes que estas últimas semanas he estado bastante ocupada con algunas cosas de Charlie. - Louis asintió, algo se olía en el momento que ella menciono a Charlie-. Pues hemos estado hablando con su jefe de Rumania y me han aceptado para trabajar allí. Me voy a Rumania este fin de semana.

-No me lo esperaba. - la cara de Louis estaba un poco descolocada, sabía que algún día Brigid se iba a ir con Charlie a Rumania solo que le choco un poco.

-Se que te lo he dicho muy tarde, pero no quería irme sin decírtelo y que te sintieras traicionado. - ninguno dijo nada más, un silencio se instauro mientras se miraban a los ojos azules del otro.

-Oh Brigid, yo nunca me sentiría traicionado. - una sonrisa reluciente apareció en la cara de Louis, sabía que ella iba a ser muy feliz en Rumania con Charlie.

-Estaba muy asustada por tu reacción, te quiero y gracias por darme la oportunidad de trabajar contigo. - Brigid sonrío, el joven se levantó de su asiento y la abrazo sabiendo que no se verían en mucho tiempo.

-Mucha suerte en Rumania. - se separaron del abrazo, un último adios de dos personas que se consideraban hermanos y la próxima vez que se vieran sus vidas habrían dado muchas vueltas.

Fue una despedida bonita, no fue dolorosa para ninguno de los dos y Louis estuvo en paz con si mismo al verla marchar. Esos ojos azules y esa cabellera pelirroja no iba a volver a entrar por la puerta de esa oficina sonriéndole como si fuera la mejor persona del mundo. Él solo le sonrío cuando la vio salir por la puerta y su sonrisa no se fue al estar la habitación vacía, ambos serian felices por su cuenta.

Cuando todas las cosas de Brigid se metieron en un baúl, porque en casa de sus padres no tenía muchos objetos, se llevaron a Rumania y solo faltaba despedirse de esa habitación vacía que tantos años había sido suya. Charlie se encontraba en el marco de la puerta observando como su novia miraba su habitación vacía, incluso él sintió ese toque nostálgico que se notaba en el ambiente y que hacía difícil que ella se despidiera.

- ¿Estas lista? - Brigid se giró a su novio, era el momento de irse y solamente asintió. Salio de la habitación y cerraron la puerta indicando que se terminaba una etapa para empezar otra nueva.

A los padres de ella les costó despedirse de su hija, después de 18 años su pequeña florecita se marchaba del hogar. El viaje a Rumania fue largo porque decidieron no usar la magia para llegar, la verdad es que muchas veces querían olvidar que la magia podia usarse para las cosas más sencillas y solo vivir como personas normales. Primero fue la parte de ir desde la isla británica hasta Francia donde cogerían un tren que recorriera parte del continente para llegar a Rumania, en la capital estaría Owen esperándolos.

Ahora vivirían juntos, el mayor miedo de cualquier pareja que podría hacer que se arruine, y un pensamiento que se había metido en sus cabezas es que mirando a futuro deberían acabar comprando una casa más grande. Charlie y Brigid sabían que a partir de ahora eran ellos dos contra la inquietud del futuro, pero un buen presentimiento estaba en ambos y sabían que nada podia pasar. 

El primer año de Harry Potter estaba terminando, Voldemort estaba preparando su regreso y Charlie con Brigid simplemente seguían con sus vidas estando ajenos a lo que se cocinaba en Inglaterra. En estos momentos lo mejor que se podia hacer era ignorar todo si querías ser feliz.

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