✶💎⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO TREINTA Y TRES ˚.*ೃ la ingeniera, el barón y el que recuerda ━━━━━━━━━━━━━━━
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RUMANIA
BUCKY FRUNCIÓ LOS LABIOS tratando de no mostrar ninguna emoción y suspiró por la nariz sin poder creer lo que estaba leyendo.
—¿Estás segura de que-
—Sí, James —dijo Mihaela con tristeza. Era la enésima vez que le preguntaba si estaba segura de lo que decía y le rompía el corazón—. Ella vino estaba mañana con un hombre que parecía tener bastante dinero, dejó esta carta para ti, renunció y se fue.
El ex soldado cerró los ojos en busca de que aquel gesto pudiera calmar el creciente dolor de pecho que sentía. Había olvidado por completo lo que era la molestia corporal en carne viva y no en sueños, ya que sin importar cuando abriera y cerrara los ojos el dolor persistía, queriendo quedarse ahí.
—Gracias, Mihaela —murmuró el ojiazul, guardando la carta en el bolsillo de su chaqueta y se dio la media vuelta oara retirarse del minimercado con rapidez.
—¿James? —el hombre detuvo su caminar, mas no miró a Mihaela—. Si te sirve saberlo... ella estaba extraña cuando vino a dejarme la carta. Estoy segura de que volverá.
Bucky no respondió, pero la rumana pudo notar que había dando un asentimiento. El hombre puso sus manos en los bolsillos de su ropa y se fue del lugar fin la cabeza gacha, sin siquiera importanle si iba a chocar o no con algún transeúnte.
Un huracán de emociones que no creyó volver a sentir estaban saliendo a flote, entre ellas el dolor, la traición, la sensación de soledad, abandono, duda, miedo, culpa; Era un todo que estaba tratando de controlar.
Clover se había ido. En la carta que le dejó con Mihaela decía explícitamente que estaba harta de tener que trabajar en el minimercado, de tener que preocuparse por él antes que ella y que ya no podía seguir escondida en Rumania, que quería recorrer el mundo y vivir, volver a ser la jovial mujer que era antes de que HYDRA le arruinara la vida.
Para Bucky todos los argumentos que puso en aquella carta eran terriblemente convincentes, en especial porque era su letra la que estaba pasmada en aquel papel, pero aún en su frágil mente había espacio para la duda.
James Barnes se sentó en la misma banca en la cual se había sentado con su... Novia, ex novia, hace tan solo algunas semanas atrás y sacó la carta del bolsillo de su chaqueta analizándola una vez más.
Frunció los labios mientras leía y sentía que su garganta se apretaba.
El día anterior ella le había dicho que lo amaba. Hace dos días le había dicho que no se arrepentía ni por un segundo de haberse escapado con él, ya que sentía que era lo que hubiesen hecho después del 45, cuando finalizó la segunda guerra mundial. Hace una semana atrás le había regalado un nuevo gorro y guantes oara cubrir su mano metálica. Le había dicho tantas cosas hermosas en el transcurso de los días y sus ojos eran tan sinceros que no cabía en su cabeza que ella simplemente se haya ido con esas excusas.
