✶💎⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO DIEZ˚.*ೃ el diario de clover blackwood ━━━━━━━━━━━━━━━
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1998
CLOVER YA IBA POR LA MITAD del diario que Folke le había entregado y había descubierto miles de cosas sobre ella que le parecían curiosas, irreales e impresionantes; Era como tener un mundo paralelo plasmado en papel, porque en ocasiones le costaba creer que todo aquello que salía ahí lo había vivido en carne propia.
A pesar de ser algo bastante obvio en el momento, saber que su apellido era Blackwood y no Ivanova había sido una gran revelación, como un plot twist magnifico en un libro que parecía tener un final predecible. También supo que no había nacido en Noruega como le habían hecho creer, ni en Bulgaria como salía en el diario: Ella era de Manchester, Inglaterra y su adolescencia y parte de su juventud la vivió en Cambridge, siendo la primera mujer que se graduó a los 19 años de ingeniería civil mecánica, con una pequeña especialización en electricidad.
Leyendo y haciéndole caso a la frase del diario "Confío en los recuerdos dolorosos porque los inventados no me generan nada. Confío en ellos porque me hacen sentir cosas, confío en ellos y seguiré confiando porque sé que son reales", supo que su fecha de nacimiento era el 16 de mayo de 1918.
Tenía 80 años...
De tan solo pensar en que era una anciana con cuerpo de joven le daban pequeños ataques de risa y pánico, en partes iguales. Los agentes pensaban que por fin, después de todos los lavados de cerebro que había tenido, se estaba volviendo loca.
También recordó que había estado comprometida con un sargento llamado James Buchanan Barnes, al que su padre, Lord Blackwood no le tenía demasiado aprecio. No habían podido contraer matrimonio porque había sido secuestrada por agentes de HYDRA a principios de septiembre de 1944, sin saber más de él desde entonces.
Había tenido pequeños flashes con el que fue su prometido en los años 40, pero realmente no podía recordar su rostro. Era confuso y borroso.
Recordó que había sido la mejor amiga de Howard Stark durante la guerra y que se habían conocido durante sus días universitarios, cuando un joven Howard visitó Inglaterra y quedó asombrado con las habilidades de la mujer, queriendo llevarla con él a Estados Unidos para convertirla en su compañera de trabajo.
Lloró toda una noche cuando rememoró que él había muerto en un accidente.
No le había dicho a nadie que estaba comenzando a recordar fragmentos de un pasado que no sabía que tenía, porque en cada uno de los pie de página del diario decía: No confíes en nadie, solo en ti. No confíes en HYDRA.
Era su pequeño secreto y lo seguiría siendo.
Cualquiera se preguntaría qué seguía haciendo en las instalaciones de HYDRA si ya era consciente de todo lo que le había hecho a lo largo de su vida. La organización le había borrado la memoria, torturado, golpeado, manipulado y la había convertido en una especie de leyenda que sólo los que conocían muy bien las bases sabían, pero... ¿A dónde podía ir si huía? No tenía a nadie fuera de las instalaciones.
