✶💎⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO DOS ˚.*ೃ blackwood ━━━━━━━━━━━━━━━
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1978
CLOVER SE DESPERTÓ con un gran dolor de cabeza. Sentía frío, el cuerpo entumecido y que cada una de sus extremidades dolía, como si no las hubiese estirado por años.
Otra vez había soñado con hielo, shocks eléctricos y gritos que rompían su garganta.
Su cerebro comenzó a traerle pequeños flashes, recuerdos vagos que no entendía pero sólo se repetía una palabra una y otra vez: Blackwood.
Frunció el ceño y cerró los ojos dolorida. Creía que su cabeza iba a reventar en cualquier momento, mas su único consuelo era que poco a poco sentía más y más calor, hasta que su cuerpo tomó una temperatura agradable.
Blackwood.
Aun no comprendía porque esa palabra estaba en bucle.
—Ah, la bella durmiente ha vuelto —Hans Petrov saludó a la mujer con una pequeña sonrisa.
Clover podría jurar que tenía un poco de más arrugas y canas que la última vez que lo vio.
—¿Hans? —preguntó ella mientras se acomodaba mejor en lo que creía que era una cama.
—¿Sí?
—Me duele todo —se quejó Ivanova agarrándose la cabeza—. Siento... Me siento extraña.
El ingeniero, preocupado por la joven, se sentó junto a ella en la incomoda cama y frotó su hombro izquierdo, haciendo que este entrara rápidamente en calor.
—¿En qué sentido extraña?
-—Blackwood...
Hans se tensó rápida y visiblemente.
—¿Qué- qué pasa con "Blackwood"? —susurró el castaño con bastantes nervios.
-—No lo sé... Esa palabra no deja de aparecer en mi mente y... —un gruñido escapó de los labios de Clover y agarró su cabeza con más fuerza.
Más flashes comenzaron a aparecer en su cabeza, tan realistas que llegaban a ser abrumadores.
Clover se vio frente a un espejo. Estaba semidesnuda arreglando su largo cabello castaño y detrás de ella apareció un hombre, uno con los ojos azules más hermosos que había visto. Su sonrisa parecía iluminar toda la habitación en la que estaban e incluso ella no pudo evitar sonreír.
Él parecía estar bastante alegre ese día, porque se acercó más y más a ella, dejando pequeños y tiernos besos en su hombro desnudo.
—Bucky —dijo ella con una pequeña risita—. Bucky en serio, basta. Tenemos trabajo que hacer.
