✶💎⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE ˚.*ೃ reporte de la misión: diciembre 16, 1991 ━━━━━━━━━━━━━━━
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SIBERIA, RUSIA
CLOVER, BUCKY Y STEVE caminaban sigilosamente por las instalaciones de la base Rusa con la castaña liderando el camino con mucho profesionalismo y cuidado. Barnes estaba detrás de ella con una arma, asegurándose de mantener las defensas altas en caso de cualquier ataque. Al final de la hilera, Rogers mantenía su escudo sobre su pecho y miraba hacia todas partes al igual que su amigo.
Debían admitir que estaban bastante nerviosos teniendo a Blackwood desarmada liderando el camino. Quiero decir, estamos hablando de una base llena de super soldados mortales y un loco que podía controlarlos, culpalos por preocuparse por la integridad de su amiga (y novia, en el caso de Buck).
La ingeniera, por su parte, se encontraba bastante intranquila. Conocía las instalaciones como nadie y mientras más pasos daba, más flashbacks de ella recorriendo las instalaciones por aburrimiento aparecían. En su mente un pequeño mapa creaba más pazadisos, pasillos y lugares en los que se escondía cuando venían agentes, pero... Aquellos recuerdos que servían para la misión venían de la mano con las mil torturas que le habían hecho pasar. Pisar Siberia para ella era ir al infierno, uno extrañamente gélido.
Mientras subían unas escaleras que los llevarían a pasillos que conectaban con el centro de la base, un fuerte sonido de una puerta metálica los hizo darse vuelta rápidamente. Steve protegía con su escudo y Bucky apuntaba con su arma hacia la puerta.
—¿Listo? —preguntó el Capitán.
—Sí —respondió Barnes, listo para disparar.
Las puertas metálicas se abrieron, dejando ver un círculo lleno de luz y luego, un hombre cubierto con un traje metálico. Él comenzó a caminar hacia el trio y el casco que cubría su cabeza desapareció en su traje, mostrando la cara del gran e iconico Tony Stark.
Steve lentamente comenzó a acercarse hacia Iron Man.
—Baja eso —susurró Clover a su novio, sin dejar de mirar la escena entre Stark y Rogers, pero Bucky no le hizo caso y siguió apuntando.
—Estás un poco a la defensiva —dijo Tony mirando de reojo las instalaciones.
—Tuve un largo día —respondió Steve sin bajar el escudo.
—Descansa soldado, por ahora no te estoy persiguiendo —James ni siquiera se inmutó ante las palabras de Tony y siguió con su arma en alto.
Clover puso los ojos en blanco.
—¿Y por qué estás aquí? —inquirió Steve.
—Mhh, tal vez tu historia no es tan loca... Tal vez... —Stark frunció los labios y siguió mirando la base con aire despreocupado—. No le dije a Ross que vendría y así lo quiero mantener. O tendría que arrestarme a mi mismo.
