- ¿Quién es ella? -
corría por las transitadas calles de la ciudad, solo hace unos meses había llegado a Londres y su atareada vida no le había permitido socializar con muchas personas o conocer el lugar en el que viviría por al menos dos años hasta que finalice el contrato de su empresa con la productora inglesa, no se estaba quejando, no lo hacía porque aquella productora le daría un cambio total a su mediana empresa y sería ese impulso que estaba esperando.
se paró en un semáforo esperando a este cambiase de color y los autos se detuvieran cuando escucho una voz llamándole, aquella voz que le llamaba sin cesar se sentía tan familiar, como si alguna vez hubiese conocido a alguien con aquella voz, esa voz entraba en lo más profundo de sus sentidos, le adormecían los sonidos que generaban un eco en su interior y le hacía sentir en otro sitio, su transe llegó a su fin cuando la voz volvió a llamarlo, sin embargo esta vez lo hizo más cerca, justo allí logró sentir unas manos tocaban sus hombros y susurraban su nombre cerca a su oído, el aliento de aquella persona era frío al igual las manos que ya se habían retirado de sus hombros dejándole una especie peso sobre estos desvaneciéndose al instante, en ese momento reacciono y miro en todas las direcciones en busca de quien había hecho tal cosa, más sorpresa fue la suya al no encontrar a nadie y percatarse de el semáforo ya había cambiado y ahora le tocaba esperar a cambiase, de nuevo.
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-Señor Álvarez, tarde... que no se repita una vez más- con toda la poca dignidad que ya le daba después de ser regañado por la recepcionista subió las escaleras al hasta el piso siete en el cual estaba su oficina ¿subir escaleras? ¿quien hacía eso en pleno siglo XXI? después de todo existen los ascensores, pues él lo hacía ¿por qué? solo el lo sabia, solo el sabia que las escaleras largas y en punta traen recuerdos y dejá vús no logra comprender, solo el sabe que cuando se siente agotado de subir y subir, escalon por escalon su corazón da un vuelco causando la respiración le falle un segundo y en una acción de respuesta una manos extrañas tomen de su traje y lo impulsen a seguir subiendo, solo el siente los arrullos de aquella familiar voz le dice todo estará bien y solo debe concentrarse y subir que solo faltan un par más ¿se estará volviendo loco? ¿tal vez todo es un simple sueño? ¿era esquizofrénico y no lo sabía? no tenía la respuesta a eso, pero sí era bastante masoquista al seguir subiendo las escaleras día tras día, a sabiendas de que esa extraña voz le volverá a susurrar al oído cuando se canse de nuevo. la curiosidad fue más grande y volteo la mirada hacia donde provenían los arrullos de la intrigante voz para encontrar el vacío, una vez más.
-Hombre Raúl, raro en ti verte llegar tarde ¿que ha pasado hoy?- su amigo de confianza Ruben le esperaba con una pila de papeles a firmar y compras por realizar; de veces la compañía de este en el trabajo era estresante pero llegaba a ser agradable, de vez en cuando.
-Nada, nada, solo... se me hizo tarde- y en parte no le mentía, se despertó un poco más tarde de lo normal aquella mañana que luego se había distraído con la voz fue diferente y eso ya era entrar en detalles... no tenía porqué entrar en detalles con él ¿o... si?
-Si, y mi abuela muerta me visitó ayer, es obvio que volviste a distraerte con la vocecita rara esa, venga ya, con esa cara de espanto que tienes- y aquí vamos de nuevo, ese chico tenía un poder sobrenatural-maternal y siempre descubre lo que tenía o solo era porque era padre soltero.
-no, no, esta todo bien, solo que esta vez me volvió a llamar en el semáforo y lo perdí así que me tocó esperar a que cambiase ese y los otros tres que le seguían- todo era cierto a excepción de la parte en la que está supuestamente lo llamó en las escaleras como siempre lo hacía.