Lo frío puede ser cálido

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Katsuki estaba bien con su relación, de hecho, en una semana era su aniversario de primer año juntos. Le gustaba y era feliz, pero... Por alguna razón no se sentía del todo satisfecho, y no comunicaba este malestar con quien era su pareja. Sabía que debía decirlo, pero siendo sincero, no sabía cómo ni cuándo.

No se consideraba una persona afectiva o tan expresiva, refiriéndose a ser cariñoso con alguien. Pero era humano, y necesitaba contacto físico. Había días donde su malhumor se disparaba a niveles exorbitantes por reprimir su impulso de abrazar a su novio y darle un beso en público. No buscaba ser un exhibicionista, sino que quería ser libre de demostrase cuando quisiera. Se controlaba porque había notado que cuando alguien se le acercaba a su chico y pasaba un brazo en sus hombros éste, sin bien no se apartaba, se encogía en su lugar en señal de que no estaba cómodo con ese tacto.

Sopló entre sus manos viendo como su propio aliento salía, había frío y nada más estaba ahí por esperar a su novio. Ya iba saliendo de las aulas, casi a las ocho de la noche, cuando Shoto decidió que era buena idea ir al baño. Era invierno y eso le jodía.

Minutos después, llegó.

-¿Qué quieres hacer mañana?- Sería sábado y no tenían tarea.

-No lo sé.- No fue grosero, pero rozaba en lo indiferente.

Eso era otra cosa que le ponía de nervios. El bicolor podía ser muy cortante. Sabía que no era por ser grosero, era porque no sabía qué decir. Le causaba mucho estrés, le gustaría poder comunicarse con él con más facilidad. Eso, más su escasa paciencia y su propia debilidad para expresarse, lo frustraban y lo hacían dudar.

Entendía la posición de Todoroki. No llevaba mucho tiempo desde el que pudo llevarse mejor con su familia, reconocer a personas como amigos y tratar de ser un poco más abierto. Sabía lo mucho que le costaba y lo mucho que se esforzaba. En realidad, era sorprendente que tuviera pareja y que haya sido el mismo Shoto quien se confesó primero. De manera un poco torpe y sin entender muy bien lo que decía y sentía, pero a fin de cuenta fue él quien dio el primer paso. El bicolor sí había tenido un cambio y por eso mismo no le quería presionar.

Tomó un fuerte bocado de aire.

-Entonces lo vemos mañana, pero no te levantes tan tarde, mitad.

Shoto sólo asintió.

Siguieron caminando en silencio. De reojo, vio a Shoto mirar al oscuro cielo. Por inercia, también lo vio. Era extraño, había bastante frío, pero la luna y las estrellas relucían. Estaba despejado.

Continuó caminando hasta que se dio cuenta que Todoroki se había quedado en su lugar aún mirando el cielo.

-¿Pasa algo?- Se acercó lentamente.

-...No, nada.- Respondió suavemente y se concentró en él. Observó detenidamente a Katsuki.

Con movimientos lentos, se quitó la bufanda y se la acomodó a su explosivo novio. La pasó por su cuello, siendo cuidadoso con su ropa y cabello. Katsuki lo miró curioso.

-Lo siento.- Empezó a explicarse.- Sé que no te gusta el frío y te hice esperar.- Dejó sus manos en su pecho al terminar.

Katsuki se reprendió mentalmente. Esos pequeños detalles denotaban el avance de Todoroki.

-Está bien, prefiero esperarte a que regreses solo.- A Shoto pareció divertirle el comentario.

-Sabes que también entreno para ser héroe como tú, ¿no?

-Eres muy estúpido, siempre tengo que salvarte.

Shoto hizo lo que pareció un puchero, aunque no estaba seguro. No era de hacer ese tipo de caras y estaba algo oscuro.

Momentos contigo (bakutodo) one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora