Momentos contigo (bakutodo) one-shots

Kitkat

Todoroki y Bakugo caminaban por la tarde, iban de regreso a su departamento y hacía una pequeña llovizna. Cerca de un escaparate, Katsuki paró.

-Entraré a comprar una cosa, ¿necesitas algo?

Pareció pensarlo.

-Un Kitkat.- Dijo serio, como siempre, pero con un brillo peculiar en la mirada que denotaba su amor por el chocolate.

-¿Así que lo necesitas?

-Sí.

-Shoto... Es una farmacia.- Lo miró divertido.

-Normalmente ahí los compro, si no hay no hay problema.

-Vale, no tardo.

Vio como su novio entraba a la farmacia y se perdía por los estantes a través del transparente cristal. Notó que tenía varias notificaciones, así que se entretuvo mirando su celular. Ya se estaba tardando algo el rubio, ¿era tan difícil lo que quería conseguir?

En eso sonó la campanita que avisaba la entrada o salida de alguien. Qué desesperado.

-¿Qué tanto compraste?- Mirando la bolsita llena de cosas y poniendo su teléfono en el bolsillo.

-Pues tu puto chocolate.

-Pero ahí hay muchas más cosas.

Katsuki, un poco apenado, abrió la pequeña bolsa y la extendió, haciendo notar lo que había en su interior.

-Había demasiados tipos de esta estúpida barra de chocolate.- Dijo viendo a todas partes menos a Todoroki.- No sé cuál es la que más te gusta de estas mierdas, así que compré dos de cada tipo, ¿feliz?

Había como veinte chocolates, o quizá más.

-Yo...

Shoto tampoco sabía donde poner sus ojos. Su corazón estaba feliz, acelerado y rebosante. Claro, le emocionaba el chocolate, pero le emocionaba aún más este detalle de Katsuki. Se sintió amado y no sabía cómo manejar la situación.

-... Te quiero.- Dijo finalmente en una voz muy bajita, pero lo suficientemente alta como para que lo escuche el otro.

Bakugo no estaba mejor que él.

Tampoco sabía como reaccionar.

Le dio un pequeño beso, uno rápido, en la mejilla y se dispuso a seguir caminando.

Cuando se aseguró de que Katsuki no lo veía, sonrió feliz, como niño pequeño, inocente y genuino. Después, lo alcanzó caminando y poniéndose a su lado. Así siguieron hasta llegar a su destino. Disfrutaron de los sonidos de la ligera lluvia y de la brisa fresca que hacía, escuchando los pasos y la respiración de su compañero.

Lo que no sabía Shoto, es que Katsuki sí había visto su sonrisa. La vio en un reflejo de otro escaparate y no pudo evitar sonreír conmocionado también.

...

En la cama, Shoto abría el quinto empaque de los chocolates.

-¿Y bien? ¿Cuál de todos es tu favorito?

-No te diré.- Tenía la boca llena y una mancha en la comisura de los labios.

-¿Hum? ¿Y por qué no, bastardo?- Pero ya tenía una idea del porqué.

-Así tendrás que comprar todos otra vez hasta que lo puedas descubrir.

Katsuki puso los ojos en blanco, siendo cierta su suposición.

-Eres un idiota mimado.

Se acercó a la cama, se subió en ella y se puso en frente a Shoto. Le limpio con el pulgar la mancha y se auto-invitó un poco de lo que comía.

-Te compraré todos aunque sepa cuál es tu favorito, mitad.