🦄 Capitulo 1. Mal día

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—¿Por qué hablas así?— decía entre risas , que reía dejándome en mal sin tregua por el lugar, desvíe la mirada hacia el rincón del bar con una cerveza en mi mano, ¿Qué estaba haciendo ahí?, era tan tormentoso darme cuenta que ese lugar  nunca serí...

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—¿Por qué hablas así?— decía entre risas , que reía dejándome en mal sin tregua por el lugar, desvíe la mirada hacia el rincón del bar con una cerveza en mi mano, ¿Qué estaba haciendo ahí?, era tan tormentoso darme cuenta que ese lugar  nunca sería mi hogar, 




—Es de provincia, Jane , su acento es así, ¿porqué siempre estas fastidiándole? — le interroga Sing con cautela, eso era lo más acertado que le habían preguntado a esa chica  en toda la noche, Thanaerg con un poco de temple me abrazó, 

—No le hagas caso, Traffic, ella siempre encuentra los defectos de los demás — me murmura al oído.

—No tengo ningún motivo para estarla soportando— musito dejando en la mesa la cerveza que apenas y había consumido, 

—me voy al cuarto— apunto a Thanaerang, mientras salgó del lugar, hecho un último vistazo al bar y salgo refunfuñando, ¡odiaba ese lugar!, ni que fuera la gran cosa, ni siquiera era la capital, metó las manos en la bolsa de mi pantalón, caminando a paso lento, las calles eran pequeñas y sinceramente no recordaba como regresar al edificio de mi habitación, exploré un callejón tratando de hallar algo o alguien que me hiciera recordar como era el cuarto que había empezado a rentar y que compartía con Thanaerang, llegué a un momento a estresarme cuando mi pie resbaló con popo de perro, 

—ich~ lo que me faltaba — maldije tratando de quitarme los residuos de mi zapato, 

—¡auxilio!, por favor ayúdenme — gritaba un hombre , camine unos cuantos pasos para llegar a un callejón, asome apenas la punta de mi cabeza para verificar que es lo que estaba ocurriendo, había un chico con gorra negra tratando de escapar de tres fortachones hombres que parecían gánster's a simple vista daban miedo, ya lo habían acorralado y parecía que querían darle una paliza, 

—¡hey!— grite chiflando después para que aquellos tipos se distrajeran,

—llamaré a la policía ya que están causando daños— musite, uno de ellos se vino con toda furia hacia mí, y yo solo le pude aplicar una shuto en la nuca, dejándole al instante en el piso, tenía que desempolvar mis técnicas de karate aprendidas en mi pueblo, pero yo podía, rodee mi cabeza escuchando como los huesos de mi cuello tronaban, la acción empezaría apenas, otro más se vino encima, le hice señas al chico que tratará de huir, pero el otro tipo lo abrazo por el cuello impidiéndoselo, este no era mi día, pero ya había encontrado con quién desquitarme, me mantuve firme en el suelo separando mis piernas, esperé que el gánster viniera a mí para encajarle un fuerte puñetazo en la quijada, ni siquiera tuve que hacer doble esfuerzo, el otro que quedaba solo me miró y aventó al chico hacia mi, pero entre la poca luz que había pude notar que traía un arma, apenas llego a mi el chico lo jale con todas mis fuerzas, y corrí con él tomado de la mano,

—¡corre, corre!— gritonee, estábamos atrapados en esas calles, teníamos que encontrar algún refugio, escuche el sonido de una bala, 

—tenemos que separarnos— musite, 

—¡no, no!— gimoteo el chico apretando mi mano, 

—Vamos a una calle de aquí está un restaurant, hay una puerta donde podemos ocultarnos—dijo sin detener su paso, no sé porque lo seguí, bueno no importaba mucho, estábamos a punto de ser atrapados, corrimos lo más que pudimos y logramos colarnos detrás del restaurant sin ser vistos, la puerta era pequeña, pero ambos podíamos entrar ahí, minutos más tarde verifique que los tipos no estuvieran buscándonos. 

—Creo que ya no hay peligro, deberías tomar un taxi e irte a tu casa— le dije tajante, metí las manos en mis bolsillos dispuesto a salir a buscar mi cuarto, camine un paso 

—espera —murmuro con voz suave, tomándome del antebrazo, 

—Gracias por haberme rescatado— , asentí y seguí caminando zafándome del amarre, me siguió a paso firme,

—¿no me reconoces?—menciona, regreso a verlo, pero esa noche, aparte de que se me había subido un poco el alcohol, más la gorra que cubría gran parte de sus ojos no podría reconocerle, niego varias veces, 

—No sé quién eres— defino, el se quita la gorra, su cabello era alborotado y lo tenía bastante largo, lo observe pero no encontré nada que pudiera conducirme a deducir de quién se trataba.

—No te conozco, ve a casa— vuelvo a insistir mientras retomo el rumbo. 

—De verdad que eres menso— señala amorfamente, 

—¿es así la forma en la que le agradeces a tu salvador?— le digo mientras me rió, más que una ofensa era algo gracioso la forma en que ese chico se dirigía a mí, 

—es que en verdad eres poco observador—, me dice con suavidad;

—mira niñito, vengo de un convivió nocturno, tuve un pesado día y tu vienes con interrogaciones a las que no puedo darles respuesta, si sabes quién soy solo dilo y no des vueltas al asunto, si quieres seducirme debo admitir que no eres mi tipo—siento que me da una palmada en la frente, 

—cállate, hablas demasiado y escucha— me dice con énfasis, a pesar de que ese sujeto era un poco más bajo que yo tenía cierto aire de liderazgo, algo que me hacía falta a mí, 

—tu y yo nos parecemos ¿Qué no te das cuenta?— interroga, me miro unos cuantos segundos, observo su rostro y comienzo a reírme. 

Príncipe Heredero (OHMNANON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora