Era la hora de la reunión, estaba en el palacio real aun, cada tres minutos me fijaba de mi reloj, estaba tan impaciente y nervioso, nada podía salir mal. Había cosas que Traffic no sabía de mí, pero que seguramente esta noche se daría cuenta, lo cual me garantizaba que si salía de ahí antes de que alguien me viera, Traffic tendría que usurpar mi lugar y yo tomaría su vida. Tomé algunas cosas de mi habitación y las metí en la maleta, dejé sobre el escritorio mi diario íntimo para que le sirviera a Traffic en algún determinado momento.
Con sigilo emprendo la marcha hacia la salida, nadie debe verme, es imperativo, así que me escabullo con los ahorros ocultos en mis calcetines y me saltó la barda del lugar por donde solía escapármele a los de seguridad, al fin, era libre.
Corrí con todas mis fuerzas cargando una maleta pesada, me escabullo por una calle durante algunos minutos, y después me detengo recargando mi espalda en una pared para tomar aire, miró hacia todos lados esperando que nadie me hubiese seguido y después retomo mi rumbo, necesitaba llegar al departamento donde vivía Traffic y sacar toda la documentación existente de él, eso tenía que hacer, detuve un taxi y subí la maleta, le indiqué la dirección de la provincia a la que teníamos que llegar y durante algunos minutos llenos de tensión salimos del tráfico de la ciudad.
Cada Kilometro era esencial para mi, estaba conteniendo incluso la respiración, cada vez veía más alejado el palacio y yo podría estar fuera de peligro.
Tardamos más de dos horas en llegar pero me dio un vuelco al corazón al ver el edificio tan pintoresco, sí claro, sobre todo pintoresco cuando parte de la fachada está a punto de venirse abajo. Saqué la paga del taxista y la maleta, y después vi como el taxista arrancaba su vehículo y se iba, arrastre la maleta un poco hasta la entrada hasta que una voz hizo que saltara asustado —Buenas noches joven— murmuraron, me di la media vuelta para mirarle y vi que era el guardia de seguridad del edificio, —Buenas noches — dije incomodo esperando que me reconociera como Traffic. —¿es usted del cuarto 439?— asentí rápidamente ante la pregunta, —¿quiere que le ayude a subir la maleta?—, niego —no, gracias, voy a recoger mis cosas, me iré de aquí, ¿cree que pueda dejarle mi maleta unos momentos mientras bajo con lo demás? — le digo amablemente, —oh, es una lástima que nos deje tan pronto—le sonrió, alguien que reconocía que me iría.. —claro joven, puede dejarla aquí—, —gracias—digo antes de meterme para tomar el ascensor, tecleo los números y dejo que me lleve, cuando salgó del ascensor me topó directamente a la chica por la que pude hacer todo esto, Jane...
Sonrió amablemente y ella me mira con nerviosismo, nos topamos en la salida del ascensor, ella para subir y yo para bajar —Gracias—le digo antes de que las puertas del ascensor se cierren, camino al departamento 439 y empiezo mi búsqueda locamente, parecía que la suerte estaba de mi lado porque la chica con la que compartía, perdón, la chica con la que Traffic compartía cuarto no estaba, toda la ropa que estaba en un pequeño armario lo metí en una bolsa, rebusque por todos lados hasta hallar una identificación ¡bingo!, —Traffic Korapat— murmuré, y sonreí con plenitud mientras me la metía en la bolsa del pantalón trasero, y la gorra que le había prestado en nuestro primer encuentro estaba sobre un mueble de libros, la tomé y me la puse, por mucho era mi gorra favorita, no se la dejaría a un iluso como Traffic. Acarree las cosas de nuevo por el ascensor y llegué del guardia, debía salir de ahí. El guardia amablemente me llamó un taxi sin disimular ver mi perfecta y amada gorra.
Mientras esperaba, la llamada de San Traffic entró a mi celular. Era la última vez que lo escucharía así que amablemente respondí.
—¿Bueno?—dije con su misma tonalidad de voz para que el guardia no dudara de mi, porque en ese momento me estaba viendo. —¡Hey!, ¿Qué es eso de que tengo que firmar?— gritó tan fuerte que tuve que despegarme el auricular del oído mientras hacia un gesto de fastidio en la cara, —tranquilo plebeyito, solo haz un garabato, no tiene validez—, le dije para tranquilizarlo, pero Traffic estaba fuera de sí, —¿me crees estúpido o qué?, ese no era el trato, sabes que...eso se salió del control.. ahí te vez.— mencionó furioso y me colgó, ¿ahí te vez?, ¡dios! Que ordinario y corriente. Colgué el teléfono y sonreí —No podrás escapar— mencioné antes de dejar el teléfono con rastreo en la maceta de la planta de entrada al edificio.
En pocos minutos el taxi llegó , subo todo el equipaje y me introduzco dentro del vehículo . —¿A dónde lo llevo?—preguntó el taxista local, —directo al aeropuerto internacional—respondí; el taxi avanzó, ni nervios, ni ansia, ni nada, no sentía nada, solo quería ser libre, y esa libertad era ahora.
Después de algunos pocos minutos de recorrido un fuerte trueno alumbró la oscura noche, primero lentas gotas caían sobre el parabrisas —Parece que caerá una tormenta— menciona el chofer, —sí, eso parece, ¿cree que podamos llegar antes de que se atasque de tráfico? —le pregunté mirando ahora preocupado, —No creo que sea posible, pero tomaré rutas alternas para llegar al destino lo antes posible—, —Gracias— dije mirando hacia la ventanilla, otro trueno más, y de pronto la lluvia se soltó, —¿podría prestarme su celular?, le pagaré la llamada por favor— le indagué angustiado, —Claro, no hay problema, el auto se detuvo en un tope y el chofer aprovechó para entregarme su celular muy pasado de moda, aunque obviamente no se lo diría, marqué un número —¿Chimon?— dije rápido, —No tengo mucho tiempo, escucha, me marcharé hoy, sabes lo que ocurrirá ahora, tienes que ayudarlo, si le ayudas estarás ayudándome a mí, ¿entiendes?, cuando este establecido te volveré a marcar, conserva este número— hablé lo más rápido que pude,
—Esta bien, lo conocí hace un momento, ahora no está en la celebración, y hace un rato que tu madre se salió como alma que lleva el diablo— me informa mi amigo,
—Sí, las cosas se pondrán feas ahora, en cuanto pueda te llamaré, ¿regresaras a Bangkok ?— indagué,
—Sí, en cuanto todo este numerito de elección termine—dice mi amigo con enfado. —Por cierto, tu doble lo hizo bien, impresionó al puñado de congresistas rojos, lo más seguro es que sea electo— ,
—No necesita ser electo, el ya es parte del congreso, ¿no te das cuenta? —, mi amigo guarda silencio, —debo irme, después te llamo, espero que le seas útil a Traffic—. le digo , —Lo entiendo— dice Chimon finalmente antes de que cuelgue. Le regreso el celular al Señor y le entregó unos billetes, —espero esto pague la deuda de la llamada—, el taxista asiente con la cabeza y se guarda los billetes en una caja de madera con lo demás que había juntado de sus rondas como taxista.
El auto siguió avanzando un poco más veloz mientras los limpia parabrisas ejercían su labor, la tormenta estaba muy fuerte y yo comenzaba a tener frio, de pronto escuché una melodía conocida de alguien que tarareaba esa canción muy familiar, era como un sueño, quería dormirme pero el rechinar de las llantas del taxi me regresaron a la realidad, el vehículo resbaló, parecía que tenia patines y que de pronto había pisado una cascara de plátano. El auto giro varias veces y mi cabeza estaba pensando en ¿porqué el mundo estaba lleno de contradicciones y peligros? Yo solo quería volver a ver brillar la luz del sol, y ver las puestas en una playa lejana, y ver las nubes moverse con el viento. El auto se volteo y cuando me di cuenta yo estaba de cabeza, entonces cerré los ojos comprendiendo que mis estrellas fugaces las había echado abajo la lluvia...
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Príncipe Heredero (OHMNANON)
RomanceTraffic es un chico de familia media que sale de su pueblo hacia una ciudad más grande donde podrá estudiar la Universidad. Un día se encuentra con un chico similar a él y nunca imaginaria los cambios que eso traería. Adaptación de mi obra, ahora c...