Dear

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Media hora después de haber despegado el avión, Neil se quedó profundamente dormido. Me apresuré emocionada y saqué mis audifonos de casco, era momento de escuchar a la voz más hermosa que existía en mi universo , ¿quién era? acaso ¿Michael Jackson?; o quizá ¿Freddie Mercury?, la música empezó a sonar con "Give me love" de Dimash Kudaibergen, la cual es mi canción favorita de él.

Llevo siendo una Dear desde hace tres años, amo a Dimash como artista y persona, lo admiro tanto, es mi mayor inspiración en la música y por supuesto lo encuentro como uno de los hombres más atractivos por dentro y por fuera, como cualquier otra D...

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Llevo siendo una Dear desde hace tres años, amo a Dimash como artista y persona, lo admiro tanto, es mi mayor inspiración en la música y por supuesto lo encuentro como uno de los hombres más atractivos por dentro y por fuera, como cualquier otra Dear de corazón sueño con conocerlo algún día, sin embargo no soy capaz de imaginar ese momento por lo tímida que soy, siempre he creído que el día que llegue a toparme con él podría sufrir un desmayo o en el peor de los casos morir de emoción durante el camino a conocerlo.

Dimash se encuentra en el apogeo de su carrera, a sus veintiocho años recién cumplidos, todo un hombre realizado.

Sin embargo y como cosa curiosa, siempre he visto a Dimash con una ternura inmensa a pesar de tratarse de alguien a quien no conozco personalmente y que además, es cinco años mayor que yo.

Cada vez son más las miles de personas que se enamoran de su prodigiosa voz y se unen al club de los adictos a escucharlo, por supuesto yo no era la excepción, cada momento donde tuviera el tiempo libre para relajarme y descansar, mi primera opción sería escuchar a Dimash.

Después de unas horas; finalmente llegamos a Alemania. Ambos subimos a un auto que nos llevó al hotel, yo observaba el hermoso paisaje por la ventana aún adormilada, estaba cansada por el viaje y no había comido bien, aún bostezeaba tallando mis ojos llenos de lagañas.

Al llegar al hotel, reservamos habitaciones separadas, dejé mis cosas en la recámara y me instalé para después tomar una ducha con agua tibia que me cayó más que bien.

Todo el tiempo vestía con hermosos vestidos confeccionados por mi misma, amaba usarlos y ¡tenía montones de ellos!, era muy raro que usara pantalones o faldas, sí, yo era fiel y leal a mis vestidos. Cada día elegía uno distinto y llamaba mucho la atención por lo bien que me lucían, pues trataba de dejar en ellos mi propio sello personal, me fascinaban los colores pastél y también los estampados florales, así que me puse uno color aperlado con flores rosita y salí de la habitación.

Neil me estaba esperando para ir a una cafetería muy famosa de la ciudad.

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MI DULCE AGONÍA | Dimash Kudaibergen (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora