Han pasado nueve años desde que reencarné en mi saga favorita, jamás creí que hubiera dicho eso, pero me encanta.
Debo admitir que al principio me costaba asimilarlo, digo, no mueres y reencarnas en tus libros favoritos todos los días, solo me tomo unos... 2 años y es que cada que recordaba lo sucedido me quedaba en shock. Lloraba todas las noches pensando en mis amigos, en mis hermanas y en mis padres, sabiendo que nunca los volveré a ver, pero luego me dije a mi misma, Olivia, estás viviendo el sueño de todo potterhead, disfrútalo.
Algo muy raro es que no era un año menor que Ron, era su melliza, su melliza, definitivamente eso no debía pasar, pero, en fin.
La única razón por la que no me desmayé al ver a mis hermanos era simple, había convivido toda mi vida con ellos, al menos en esta vida, pero cuando vea a los otros estoy segura de que tendré un ataque.
La madriguera era una casa humilde, pero en el aire se podía sentir la calidez y unión de nuestra familia, era hermosa, totalmente hermosa y estoy feliz de ser una Weasley.
Vivir con magia alrededor era increíble, ver como las cosas se movían por si solas, criaturas sobrenaturales en el patio, etc. Amaba esto.
Me llevaba muy bien con todos mis hermanos, pero más con Ron y los gemelos, Ron era mi mellizo por lo que pasaba la mayor parte de mi tiempo con él y con los gemelos les gastábamos bromas a los chicos. También no me gustaba ser la única chica de la familia, claro, sin contar a mamá, amo a esos neandertals, pero a veces necesitaba más personas femeninas en la casa.
Una de las muchas cosas que adoraba era mi cabello, lo amaba con todo mi ser, y creo que lo cuido más que Sirius y es que en mi otra vida pensaba en teñirlo de rojo, simplemente ser pelirroja era lo mejor, en mi más humilde opinión.
En ese momento estaba corriendo de Charlie ya que le pinté su cabello y cara de verde, no me culpen, él se lo merecía, ensució mis zapatos favoritos a propósito, y la mancha no sale, no me quedaría de brazos cruzados. Llegue a la cocina donde estaba Molly y me escondí detrás de ella, al ver que Charlie frenó abruptamente, sonreí victoriosa y le saqué la lengua y como toda persona madura, él me devolvió el gesto. La pelirroja mayor me miró con reproche pues ya vio al ahora verde Charlie.
Antes de recibir un regaño, subí rápidamente por las escaleras hasta mi habitación sin darle tiempo a Charlie para seguirme, al abrir la puerta encontré a Ron en mi cama, leyendo un libro de quidditch, me era normal verlo ahí, casi nunca estaba en su habitación si no era para dormir, se la pasaba en la mía, no me molestaba realmente.
Entré sin molestarme en saludarlo y me senté en mi escritorio, tomé una hoja de papel y comencé a dibujar, era un pasatiempo que tenía, en mi anterior vida (todavía se me hacía raro decir eso) solía hacer fanarts de los personajes de los libros que leía. Dibujaba el cómo me los imaginaba y debo decir que no se me da nada mal. Aquí empecé a dibujar a los tres años, admito que me enojaba muchísimo que solo salieran garabatos, pero con el tiempo, dibujaba incluso mejor que en mi vida pasada.
-¿Qué haces? -Escuché a Ron preguntar.
-Dibujar -Le respondí en tono obvio sin mirarlo.
-Claro que estás dibujando -rodó los ojos,-pero ¿Qué?
-Un dibujo -contesté.
Finalmente se rindió y dejó de preguntar concentrándose en su libro. Lo miré de reojo y sonreí sabiendo que estaba molesto. Guardé la hoja, me tiré en la cama y lo rodeé con mis hombros. Al notar que me ignoraba, lo zarandeé
-Vamos Ron, no te enojes conmigo. -Hice un puchero observando cómo trataba de seguir molesto conmigo. Lo zarandeé más fuerte haciendo que se caiga de la cama, al instante, una carcajada se escapó de mi boca.
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¿¡Soy Ginny Weasley!?
FanfictionOlivia Monroe tenia una vida perfecta; amigos que darían su vida por ella, familia que la amaba con cada fibra de su corazón, popularidad, etc. La chica era una completa fan de los libros de Harry Potter. Pero, ¿qué pasaría si todo eso se va a la bo...