¿¡Soy Ginny Weasley!?

Mi primer día en Hogwarts

Me levanté temprano, a eso de las 6 am, estaba acostumbrada ya que tardaba demasiado en la ducha solo por mi cabello y luego poniéndome cremas y eso fastidiaba a mis hermanos, pero siendo sincera, mi cabello siempre estaba sedoso y brillante, a comparación de mis hermanos que a veces hasta se ponían jabón en el cabello.

El pensamiento me estremeció.

Esa es la razón número uno, razón dos: me levanté temprano porque no podía con tanta emoción.

¡Estaba en Hogwarts! No podía dormir teniendo eso en mente.

Me metí al baño y salí después de una hora con rostro feliz.

Ducharse hacía maravillas en mi humor.

Admiré mi uniforme y suspiré embobada.

Si me hubieras dicho que reencarnaría como mi personaje favorito de una saga inexistente y que conocería al amor de mi vida y a las personas que me cambiaron la vida, probablemente me hubiera reído en tu cara.

Me sequé el cabello, tardé 20 minutos en hacerlo y en echarme crema.

Al salir del baño, mis compañeras seguían dormidas, decidí por bajar a la sala común y tal vez leer un libro de la estantería.

Bajé las escaleras y me senté en el sofá, sonreí muy en grande con felicidad, era muy cálido y hermoso.

Escuché pasos bajar por el dormitorio de las chicas, mas no presté atención, me acerqué a la estantería a ver qué libros habían mientras esa niña ponía un pie en la sala común.

No volteé puesto que estaba en mi mundo y no me interesaba saber quién bajaba.

—¿Weasley? —me llamó.

Al voltear me encontré con Hermione, sonreí y tomé asiento en el sofá.

—Hola Hermione, buenos días, ¿cómo estás? Puedes tutearme, ¿que tal dormiste? —sonreí con energías.

—Bien, gracias —y sin más, se dirigió a la salida de la sala común.

—Hermione —se volteó— ¿A donde vas? Es muy temprano para ir a clases.

—Voy a la biblioteca —dijo con algunos libros en la mano.

Fruncí mis labios y cuando se iba a ir pregunté:

—¿Puedo ir contigo? Estoy aburrida y no tengo nada más que hacer en las próximas tres horas.

Ella me vio con los ojos entrecerrados y no pude evitar pensar lo tierna que se veía, me recordaba a Emma Watson haciendo lo mismo en la primera película.

—Está bien —finalmente se dio la vuelta y empezó a caminar.

Sonreí y le seguí el paso.

—Cuéntame algo sobre ti.

—Me gusta leer, aprender nuevas cosas y me gusta estudiar —se encogió de hombros.

—¿Cual es tu libro favorito? —pregunté con curiosidad.

—Orgullo y prejuicio —respondió y yo sonreí con más grandeza.

—¿Enserio? ¡El mío también!

Ella me miró y sonrió un poco.

—¿Te gusta leer? Vaya —parecía sorprendida.

—Me encanta —así fue como te conocí, leyendo— ¿porque pareces sorprendida?

—Simplemente, no pareces ese tipo de chica —nuevamente se encogió de hombros.

Me ofendí un poco, ¿que me trataba de decir?