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Era hacía una vez un rey que tenía tres hijos:

La mayor, una mujer de carácter elegante y tan bella como inteligente

El segundo, un joven fuerte y ágil con ojos tan brillantes como las estrellas

Y la última niña, ella aun era muy joven, entonces aún mantenía esa actitud Infantil, pero se decía, era valiente y comprometida.

Ellos eran la adoración de su padre, pero un día la familia real fue terriblemente embrujada.

La mayor fue condenada a dormir eternamente hasta que el beso del verdadero amor la despertará y el hermano fue condenado a cambiar de forma a la de un dragón.

El rey envió a sus dos hijos malditos a un castillo aparte, pues no deseaba que ambos en su condición fueran víctimas de los rumores e insultos de la corte.

Aunque la princesa Kouyou dormía profundamente, Chuuya, ahora como un dragón, parecía mantenerse consciente.

Y así pasaron 10 años desde el nacimiento de esa historia.

Miles de caballeros, mercenarios y cazarrecompensas han intentado llegar hasta Kouyou, pero Chuuya los ha repetido con éxito en cada ocasión.

Durante esa década los hombres han comenzado a temer al dragón de aquel castillo alejado, un come hombres y un asesino egoísta y cruel que mantiene a su hermana cautiva.

El rey Mori y el Rey Verlaine, padre de los príncipes malditos, eran amigos hace tiempo, entonces cuando la protegida de Mori, una doctora llamada Yosano, dijo que ella era capaz de despertar a la princesa, no espero nada más a enviarle una carta a Verlaine.

En menos de un mes ya se había enviado a un pequeño grupo de personas del reino de Mori para la misión.

Mori también fue, aunque él se quedaría con su amigo para charlar de algunas cuestiones.

—Seamos honestos Mori ¿Qué quieres a cambio?— Pregunta Verlaine mientras camina con Mori por el palacio.

—¿No puedo hacerle un simple favor a un viejo amigo?—

—Tú no—

—Qué cruel, mi querido esposo me ha cambiado para mejor Verlaine, no busco nada —

Verlaine lo mira.

—¿Es la mano de mi hija lo que quieres?—

—Eres paranoico, ya te dije que no quiero nada— Mori se encoge de hombros —Originalmente te iba a pedir un favor, pero Yukichi me regaño, por cierto ¿Y Rimbaud?—

—Él está con Kyouka en nuestra casa de campo, no quería que ella supiera lo de tus enviados para que no se ilusionara en caso de que fallen—

—Ella debe estar tan sola desde entonces —

—Si, pero ¿Por qué enviaste a tu hijo con ellos? Ya sabes que Chuuya es… Ya sabes—

—Porque Dazai es un genio y ni siquiera la muerte lo soporta, estará bien—

Verlaine lo mira con cierta extrañeza, pero Mori es… Mori, supone que sus razones tendrá.

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Yosano suspira profundamente, ya van 268 escalones para llegar a la cima del castillo.

Dazai incluso se puso a hacer un berrinche y Kunikida se vio obligado a llevarlo en su espalda.

—¿Ya llegamos?— Pregunta Dazai.

El dragón custodio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora