Capítulo 6

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- Vamos, Aurora, ve más deprisa, que lo quiero ver ya -se quejó Luna mientras trataba de hacerse un hueco al lado de su hermana para poder ver aquel listado.

Hacía meses que esperaban con ansia que llegase aquel momento, incluso desde antes de ser aceptadas en el instituto La Colina. Ambas querían empezar en el centro compartiendo aula, tal y como llevaban haciendo toda la vida, y por fin había llegado el momento de descubrir si su deseo se había cumplido.

- En esta no estamos -comentó la morena algo aliviada tras repasar la primera clase, eso significaba que las posibilidades de ir juntas acababan de aumentar.

- ¡Doblas! ¡Luna Doblas! -exclamó la menor señalando la pantalla entusiasmada, como si fuera una gran sorpresa encontrarse en aquel listado.

- ¡Que yo no salgo! -se indignó Aurora al no encontrarse en la lista de primero B.

- ¿Cómo que no? -respondió Luna preocupada, olvidándose de cualquier celebración- Se te han olvidado -añadió preocupada al verificar ella misma que su mejor amiga no aparecía en la lista de su clase.

- Ojalá -negó la morena consciente de lo que realmente estaba sucediendo allí- Seguro que me han puesto en otra clase -añadió haciendo un puchero, pues realmente no era para menos.

Desde el punto de vista de un adulto, aquello podía parecer un drama totalmente innecesario, pero para unas niñas que iban a empezar el instituto aquello era todo un mundo. Iban a pasar más de seis horas diarias encerradas en el aula, con compañeros y profesores nuevos, y era obvio que hacerlo separadas iba a ser mucho más complicado.

- A ver, búscate -le pidió Luna aún deseando de que aquello fuese un error que tuviera alguna explicación.

- Mira, aquí estoy, en la última clase -refunfuñó Aurora tratando de aguantarse las ganas de llorar.

- Pero ¿por qué nos han puesto separadas? -se quejó la rubia, quién estaba consiguiendo aguantar un poco más el tipo, a pesar de estar igual de dolida que su hermana.

- Porque el instituto es una mierda y todos los profes son malos -respondió la mayor dejando escapar toda su rabia- ¿Es que no escuchas a Lea? Todo lo que decía era verdad -le recordó pensando en todas las veces que habían creído que exageraba hablando de sus anécdotas en La Colina.

- Pues yo te puse la primera en mi lista de amigos, me voy a quejar porque no nos han hecho caso -respondió Luna recordando aquella hoja que había tenido que cumplimentar unos meses atrás- Además, que mamá está en el AMPA, seguro que si se queja ella por nosotras le hacen caso -añadió cambiando por completo su expresión.

Aquella había sido una idea de las buenas, las hermanas no tenían ninguna duda de ello. Si había alguien que luchaba por lo que quería en esa familia esa era su madre, así que no había mejor plan que el de acudir a su ayuda. Sin pensarlo, ambas se levantaron de su silla y bajaron corriendo a su encuentro.

- Uy, estas dos quieren algo -comentó Mimi al ver que las dos niñas bajaban corriendo directas hacia ella y su mujer, quien estaba sentada en el sofá junto a ella.

- Mamá -saludaron ambas a Ana, ignorando por completo a la rubia, pues en aquellos momentos no podían pensar en otra cosa que en solucionar el asunto de las listas.

- ¿Qué pasa? -les preguntó la morena con poco interés tras pausar la serie que estaban vendiendo en la televisión, pues por alguna razón se olía que no sería nada importante.

- Que no nos han puesto en la misma clase -le explicó Luna bien metida en su papel de darle pena a su madre.

- Y somos hermanas -añadió Aurora con la voz rota, exagerando más de lo necesario aquella actuación. Era cierto que el asunto las tenía mosqueadas, pero en esos momentos la morena estaba abusando de sus dotes más que ensayados de actriz.

Instituto La Colina | WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora