La Luna Viene a Mí [Trad-Español]

Capítulo 17

CAPÍTULO 17

Yang Duole estaba sentado al borde de la cama jugando juegos en el móvil. Al ver entrar a Lin Qinhe, escondió su teléfono en la colcha y se quejó: "Qinhe ge, ¿Por qué regresaste tan tarde hoy?".

Lin Qinhe no le respondió. En cambio, puso la mesa al lado de la cama y puso el plato sobre la mesa: "Come la comida".

Yang Duole frunció el ceño, "Me siento enfermo y no puedo comer".

Antes, Luo Zhengyin vino varias veces a pedirle que comiera, pero él simplemente no quería comer. Luo Zhengyin tampoco pudo persuadirlo.

"¿Que te incomoda?" Lin Qinhe le preguntó.

Yang Duole guardó silencio por un momento antes de decir: "Vi a la nueva amante de Yang Zhengming nuevamente. Para complacerme, vino a la escuela a darme algo por la tarde. Qinhe ge, esa mujer se parece mucho a mi madre. Realmente me siento enfermo y con náuseas".

Lin Qinhe lo miró en silencio.

Yang Duole sabía que Lin Qinhe nunca le hablaría sobre Fang Sui y también sentía vagamente que a Lin Qinhe no le gustaba su madre, pero se sentía incómodo en su corazón. Quería desahogarse:

"Ahora veo gente que se parece a mi madre, claro que me siento incómodo. Sabes, cuando conocí a Tao Xi por primera vez, estaba pensando en cómo podría haber alguien que se pareciera a mi madre, especialmente esos ojos, son tan parecidos. De repente recordé un sueño que tuve antes, soñando que no era hijo de mi madre, y todos ustedes me dejaban atrás".

Los ojos de Yang Duole estaban un poco rojos al final. Sus abuelos y la Madre Luo rara vez mencionaban a su madre frente a él, por lo que nunca supo cuán decepcionados estarían de que él no fuera como Fang Sui. No solo no se parecía a Fang Sui, sino que tampoco tenía el talento de Fang Sui para dibujar y escribir.

También quería trabajar duro para aprender a pintar. Cuando era niño, la maestra le preguntó sobre su sueño. Siempre decía que quería ser pintor como su madre.

Pero él realmente no tenía este talento, y luego simplemente dejó de dibujar debido a la ira. No lo culparían y, en cambio, lo persuadirían.

Pero aún se sentía incómodo.

Yang Duole levantó la cabeza para mirar a Lin Qinhe y dijo: "Qinhe ge, cada vez que te veo hablando con Tao Xi, pienso en ese sueño y no puedo evitar sentirme incómodo".

Esperaba que Lin Qinhe pudiera decir algo para consolarlo, pero escuchó a Lin Qinhe responder con calma: "No puedes sentirte incómodo y ser hostil con alguien que no te ha lastimado solo por un sueño".

Yang Duole se sorprendió. Estaba tan triste, pero Lin Qinhe era tan indiferente. No pudo evitar golpear la mesa con enojo, los palillos en el plato rodaron y dijo en voz alta:

"¡Es obvio que Tao Xi fue hostil conmigo primero! Qinhe ge, hemos crecido juntos desde la infancia. ¡Solo lo conoces desde hace unos días, pero estás hablando por él!