La historia comienza cuando dos personas que ni soñaban con conocerse, terminan encontrándose.
En el instante menos esperando, pero en el momento indicado.
Un pintor y un escritor que amaban el arte, ya sea de la representacion gráfica o las palabra...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando me di vuelta para regresar a mi lugar mis ojos se fijaron en un joven que, ¿estaba cepillándose los dientes en la playa? Que raro, pero igual me llamó la atención, ya que me quedé quieto mirándolo, aquel se movía al ritmo de "Wake Me Up Before You Go-Go" hasta que cruzamos miradas y ¿me sonrió?
Seguro me conoce por mis cuadros, ¿será qué lo saludo?
Nunca es tarde para hacer un amigo nuevo.
— Buenas tardes, soy Park Jimin.
— Buenas tardes a usted, mi nombre es Jeon Jungkook.
Y aquí es donde digo, ¿qué más se supone que debo decir cuando conozco a una persona? Esto es lo triste de no saber socializar.
Pero, si es admirador mío supongo que él debe hablar, ¿no?
— ¿Qué hace por aquí?
— Vine a relajarme y ver si pinto algo.
— Woah así que es pintor, que interesante.
Entonces no me conoce, carajo.
— Sí, pensé que me conocías.
— Oh, lo siento, parezco un tipo que vive en una cueva, no te conozco o seguro si, pero no recuerdo, si me muestras algunas de tus obras probablemente te reconozca —también se veía apenado, rascó su nuca y se metió su cepillo de nuevo a la boca seguro era una señal de que ya no quería hablar.
Vamos Park arréglalo.
— No pasa nada, claro que le puedo enseñar, si tiene tiempo mañana podemos ir al museo donde están la mayoría de mis cuadros.
Sacó el cepillo de su boca y escondió sus manos atrás por su espalda.
— Sí claro, yo voy con usted, discúlpeme iré a terminar de cepillarme a mi caravana, ni bien termino podemos ir a conversar un rato, ¿qué opina?
Entonces no quería dejar de hablar conmigo, solo quería terminar de cepillarse, y yo preocupado por las puras, pero también en que mundo se me ocurre hablarle al pobre cuando está usando la boca, o sea cepillándose los dientes.
— Opino que está muy bien, y discúlpame a mí por ser tan inoportuno, ve a cepillarte tranquilo, te espero aquí.
Me dedicó una sonrisa apenada y fue adentro de su caravana, me senté en la arena y de verdad que su belleza me había atrapado desde el instante en que lo vi, es un joven muy apuesto, ¿será que deja que lo pinte? Sé que no me atrevía a pintar hace mucho, pero necesito práctica y puedo practicar con él, quien sabe que pintando un retrato de Jeon pueda lograr pintar lo que me propusieron. Quien no arriesga no gana.
