Capítulo 9

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California, Viñero White


El tiempo pasa y la tranquilidad del paisaje predomina en el viñero, Candy pensó que los Granchester iniciarían la construcción rápidamente, pero ninguna empresa ha llegado por la zona y le parece raro. La calle ya está terminada, al inicio se sintió triste por la decisión de vender sus tierras, pero ahora lo ve de otra manera se liberaron del estrés, del aprieto económico y harán cambios y ajustes para que no vuelva a suceder el déficit financiero.

A veces se siente tentada de llamar a Terry, pero cuando marca el número se acobarda y no concluye la llamada, se agobia con ideas absurdas: qué pensará él de ella, estará ocupado... entre otras cosas.


—Candy llegaron algunos suministros, pero el conductor es nuevo y el GPS lo envía a la calle correcta, solo que lo ubica detrás del bosque y la maquina le indica "has llegado a tu destino" y el pobre hombre ya perdió la paciencia, está en nuestras tierras, pero no es la entrada puedes ir por él por favor —le pide Andrea.

—Claro, siempre el mismo problema con esa máquina el otro día me dijo "tu destino está en frente" y lo que había era un lago —se quejó ella también.

Ella se subió a su vieja camioneta y manejo cuesta abajo más o menos dos kilómetros a la distancia vio la furgoneta blanca le toco la bocina, el conductor dio la vuelta y se encontró con ella.

—Señora Andrea, gracias por venir —dijo el hombre mayor.

—Soy Candy, no se preocupe, es que esta calle es confusa porque termina en "Y" un lado va al bosque y la otra es la entrada, sígame por favor —indico ella.

El señor atendió la indicación y al hacer el giró un auto deportivo paso frente a ellos y entro al viñero, pero a pocos metros quedo atascado en la cuesta que es bastante inclinada, Candy le indico al conductor que continuara recto que a unos cuantos metros vería la casa y se detuvo para ver de quien se trata.

—Hola —saludo y el visitante bajo el vidrio oscuro.

—Hola, ¿pensé que la calle era todo terreno? —se queja él.

—¡Terry! ¿Qué haces aquí? —pregunta sorprendida.

—Negocios ¿lo olvidaste? Y ahora qué hacemos con este auto.

—Permíteme —dice ella.

—¿Qué harás? —pregunta él, al salir del deportivo.

—Lo moveré, y referente a la calle si es todo terreno, pero este auto raspa el suelo ¿Cómo se te ocurre traer un deportivo a una zona rural?

—Bueno, no vi ningún inconveniente y no creo que logres moverlo lo más seguro es que llamemos la grúa, la agencia donde lo rente incluye el servicio.

—Lo moveré ¿cuánto apuestas? ¿manejas estándar? —pregunta.

—Sí, de hecho, el deportivo es estándar ¿qué puedo apostar? ¡Una cena! Tal vez —dice sonriendo.

—Déjalo así, de todas formas, ya perdiste, maneja mi camioneta y yo moveré tu auto de lujo que no sirve de mucho.

—¿Quieres que maneje esa cafetera? —más que burla, lo dijo por temor a que se destartale.

—No le digas cafetera a mi pichirilo, además mira; cual es el auto que esta atorado ¿es la cafetera o el de cuatro caballos de fuerza? —dice ella ofendida, tiene un Jeep nuevo, pero su vieja camioneta no la va a desechar por nada del mundo.

LOVELY NEGOCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora