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"Dejen de joder conmigo, chicos. ¿De verdad no recuerdan haber conocido a Yuuma?"
Issei y sus dos amigos, Matsuda y Motohama, se relajaban en una de las muchas escaleras de la academia. Matsuda era un pervertido calvo que luchaba con las chicas tanto como Issei. Motohama era un pervertido igualmente ofensivo, pero tenía el poder de identificar el tamaño de los senos, las caderas y la cintura de una mujer con solo mirar sus anteojos.
"No, amigo. El nombre no me suena", respondió Matsuda mientras descansaba la parte posterior de su cabeza en sus manos.
Motohama levantó la vista del suelo. "Lo diré de nuevo. Nunca nos presentaste a una chica, y es imposible que tengas novia".
"Pero eso no tiene ningún sentido", argumentó Issei mientras sacaba su teléfono de su bolsillo. "Su dirección de correo electrónico está aquí... De ninguna manera. La información de contacto de Yumma no está en mi teléfono".
De repente, Issei fue llevado lejos de su teléfono cuando sintió que alguien lo estaba mirando. Miró hacia la parte superior de las escaleras y allí estaba ella... Rias Gremory. La mujer que había visto ayer y la que no podía sacarse de la cabeza.
Ella también lo miraba con una pequeña sonrisa en su bonita cara. Desde los pasillos superiores, Issei podía escuchar a otros compañeros de clase hablar muy bien de ella y fangirl con solo verla. También escuchó a sus amigos hablar sobre sus senos, que él estaba tratando de no mirar.
Bajó los escalones, su mano rozó la barandilla. Cuando pasó junto a Issei, le envió una pequeña sonrisa y lo miró con el rabillo del ojo.
Rias bajó las escaleras, feliz de haber vuelto a ver a Issei y burlarse de él muy levemente.
Abrió los ojos para ver hacia dónde dirigirse, pero una vez que lo hizo, jadeó muy levemente.
Un chico de pelo blanco subió las escaleras, su corbata negra se balanceaba ligeramente sobre su camisa blanca abotonada. Pasó justo al lado de Rias sin siquiera mirarla. Ella, sin embargo, volvió la cabeza y lo vio dejarla atrás y acercarse a Issei.
Cerró la boca que no sabía que estaba boquiabierta y llegó al final de las escaleras.
"Oye, Issei-san", 𝐓/𝐍 llamó a Issei, quien salió de sus cavilaciones cuando su nombre fue llamado.
"Oh, hola, 𝐓/𝐍", dijo de vuelta. "Conoce a mis amigos, Matsuda y Motohama".
"¿Hola?"
"Que tal."
"Hola", saludó 𝐓/𝐍 con una reverencia. Tanto Matsuda como Motohama levantaron una ceja y se miraron. "¿Cómo te sientes, Issei-san?"
Tan pronto como 𝐓/𝐍 se acercó a él, inmediatamente supo que había algo diferente en él. Su aura se había convertido en algo más familiar.
