Wihelmina Bulstrode

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  Las vacaciones de Navidad del tercer año son uno de los mejores momentos en la vida de Sirius, incluso cuando está en el tren de regreso a Hogwarts, Sirius no puede evitar vibrar de felicidad por todos los recuerdos creados, aún más sorprendente no puede evitar, por primera vez en su vida, estar agradecido con su madre.


  No se equivoquen, Walburga Black es y siempre será un ser humano horrible, pero sin saberlo, les dio a sus hijos el mejor regalo de Navidad en solo un trozo de pergamino. Sirius aún estaba un poco incrédulo de la existencia de la cosa y una parte delirante de su mente casi creía que la había inventado, afortunadamente para su cordura su hermano había recibido una copia idéntica y Sirius podía dormir tranquilo sabiendo que no había perdido la cabeza.


  La felicidad desbordante de Sirius comenzó cuando en una mañana de fines de noviembre, el búho negro más fascinante se sentó en sus panqueques y le entregó en una carta, con letra dolorosamente familiar, el mejor regalo desde que vio a su prima Andrómeda abandonar dramáticamente la cena de Navidad el invierno pasado, no sin antes anunciar firmemente sus intenciones de casarse con un hijo de muggles llamado Ted Tonks y, para coronar el momento, su embarazo -- había sido increíble y un momento muy apropiado para el drama Black; si no fuera por el repudio de Andy, está bastante seguro de que sería un evento que se contaría por generaciones.


  La carta de su madre había sido corta y directa, solo informándole de un viaje que necesitaba hacer con su padre a una de sus residencias en Francia y por lo tanto él y Regulus necesitaban quedarse en la escuela durante las vacaciones de invierno. Su hermano, que había estado sentado a su lado esa mañana, accidentalmente habia hecho volar una fuente de chocolate en su emoción y el mismo Sirius está seguro de que debe haber hecho algo con su magia porque el cabello de al menos 5 estudiantes a su alrededor parecía haber recibido un trueno.


  James, una de las desafortunadas víctimas, tomó la carta de manos de Sirius y rápidamente compartió la emoción de los dos niños Black, extendiendo una invitación para quedarse en la mansión Potter para las festividades. Por supuesto, Sirius estuvo de acuerdo sin dudarlo en nombre de los dos y usando el encanto de Regulus, lograron convencer a Slughorn para que autorizara su partida y guardara silencio al respecto -- en verdad, Slughorn parecía incapaz de decirle que no a Regulus, y el pequeño Slytherin nunca perdía la oportunidad de aprovecharlo.


  Así, los dos hermanos habían sido recibidos en los amorosos brazos de Euphemia y Fleamont Potter, y por primera vez en sus vidas podían experimentar el amor de una familia, el calor de una madre y la seguridad de un padre. Habían sido unas vacaciones hermosas, y Sirius admitiría sin vergüenza que había llorado hasta quedarse dormido esa primera noche en la tranquilidad de la habitación de James, arrullado por el reconfortante pensamiento de que al menos aquí, durante unos días, él y su hermano eran queridos.


  "¿Dónde está Reggie?" La voz de James invadiendo su espacio sacó a Sirius de sus alegres divagaciones.


  "Hmm, debe estar con sus amigos, dijo que quería hechizar a Barty lo antes posible por ese regalo que envió". El día de Navidad los Potter se habían asegurado de tener listos los regalos para los niños, entre ellos, una caja en particular envuelta en papel verde que había sido enviada especialmente para Regulus y que contenía polvo de carbón en su interior que explotaría en quien la abriera. Por supuesto, Regulus había abierto el regalo y el carbón había estado en su piel durante días.

Encuéntrame a alguien para amar (Jegulus) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora