Accidentalmente casado con un tarro de vinagre

29. Esta bien, puedes llamarme

Para no dejar que Qin Yiheng viera su rostro rojo, Chu Yi recogió el papel en silencio y bajó la cabeza.

Qin Yiheng, ¿hablas en serio?

¿Besar a Chu Yi?

Este tipo de cosas están escritas aquí.

Eres realmente...

¡Demasiado bueno en esto, maldita sea!

Chu Yi se sintió un poco incapaz de recuperarse. Cuando cerró los ojos, su mente estaba llena de estas palabras escritas por Qin Yiheng.

La escritura de Qin Yiheng ya se veía bastante bien.

Ahora que escribió estas palabras, Chu Yi casi se desmaya en el acto.

Su corazón también latía salvajemente.

Respiró hondo y lentamente antes de continuar leyendo.

Luego, volvió a cerrar los ojos.

¡Qin Yiheng!

Chu Yi se preguntó si sería demasiado abrupto invitar a Qin Yiheng a la cama en este momento...

Después de recuperarse un poco, abrió los ojos nuevamente y miró el número 3 escrito por Qin Yiheng.

3. Hacer el amor con Chu Yi

Chu Yi tragó saliva y casi se atraganta.

Gradualmente, Chu Yi pudo recuperarse.

Si "Besar a Chu Yi" fuera el único escrito, Chu Yi sintió que podría creer que a Qin Yiheng tal vez le gustara un poco, pero con esto, solo sintió que Qin Yiheng probablemente solo anhelaba su cuerpo.

Con esta idea, la cara de Chu Yi ya no se volvió tan roja. Dejó la hoja de papel y le dijo a Qin Yiheng:

—Está bien.

Chu Yi no se atrevió a mirar a Qin Yiheng, por lo que, naturalmente, se perdió la expresión de Qin Yiheng en ese momento.

Era una expresión que parecía estar esperando lo que Chu Yi podría decir.

—Guardaré esto. —Chu Yi dobló el papel hasta que quedó casi del mismo tamaño que el otro.

Le preguntó a Qin Yiheng: —¿Todavía te quedan sobres?

Chu Yi miró el sobre en la mesa y el lapicero, pero aún no miró a Qin Yiheng.

Qin Yiheng estaba un poco decepcionado, solo podía volver a poner la tapa en el bolígrafo y luego ponerlo en el lapicero.

Se levantó un poco, pero después de pensarlo, volvió a sentarse y miró el cabello de Chu Yi.

—¿Hay algún problema con lo que escribí?

Solo entonces Chu Yi se encontró con la línea de visión de Qin Yiheng.

—¿Problema?

Qin Yiheng señaló con la barbilla la hoja de papel en manos de Chu Yi.

—¿Leíste todo lo que escribí?

Chu Yi volvió a bajar la cabeza.

—Sí.

—¿No tienes nada que preguntar?

Chu Yi negó con la cabeza.

Qin Yiheng abrió la boca, luego la cerró, luego la volvió a abrir, cuando volvió a hablar su tono era mucho más apagado.

—Está bien.

Fue al armario para encontrar exactamente el mismo tipo de sobre y se lo entregó a Chu Yi.