Nadie más dulce que tú, mi dorada tentación. Nadie más firme que tú, mi infantil compensación. Surcando los siete mares y atravesando los cielos, te llevo siempre conmigo, en mi corazón. Y es que nada es capaz de difuminar tu recuerdo, ni el paso del tiempo, ni el cambio de estación. Nuestro amor es tan sencillo, mi romance de bolsillo, que solo le ruego al mundo una sencilla oración.
Que no deje que te fundas, al sumergirte la tez, en las aguas más profundas de este café con jerez.
***
Le iba a dedicar esta oda a la galleta al glotón de UnamorMadeiraNguema pero como no sabe comportarse, que se chinche, ya no se lo dedico, hum! 😂
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De palabras sazonadas y otras animaladas
Random¿Quién dice que las historias no pueden tener sabor? En esta antología de relatos y microrrelatos, los matices gustativos se convierten en el hilo conductor de un viaje literario diferente, conformado por una selección de historias divididas en cinc...