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05:50 p.m. Hyunjin y Jeongin ya se encontraban en el lugar. Habían logrado escabullirse entre la gente del hospital.
05:55 p.m. Se veía una camioneta acercándose.

— Ellos son —Dijo Hyunjin. 

05:58 p.m. Tres chicos se encontraban alrededor de dicha reja, con algunas cosas en mano. Era rara, parecía una ventilación, pero nadie pone una en el suelo. Hyunjin en tan solo las pocas horas que había estado en el psiquiátrico pudo descubrirla y analizarla. Nada era imposible para él.

— Apenas quiten los fierros te tirarás y te arrastrarás, yo te ayudaré desde aquí.

06:00 p.m. Jeongin no había podido decir ni una palabra. La gente se empezaba a asustar. En tan solo segundos habían desaparecido la dichosa reja y Jeongin ya se encontraba arrastrándose como gusano. Jadeos de dolor salían de él, pues Hyunjin lo estaba empujando desde los pies.
Cuando logró salir, Hyunjin lo hizo en un abrir y cerrar de ojos. Ya era experto en estas cosas.
Entre dos de los chicos ayudaban a Jeongin a subirse a la camioneta, mientras que los otros dos, incluido Hyunjin, se burlaban de la seguridad que se encontraba corriendo a lo lejos.
Una vez que los cinco se encontraban en el vehículo, aceleraron a más no poder, perdiendo a todos los que se encontraban persiguiéndolos.

— ¿Qué hacías ahí? —Preguntó el conductor.

— Me atraparon en un robo —Respondió Hyunjin.

— ¿En el psiquiátrico por un robo? —El copiloto lo miró por el retrovisor.

— Eso dije.

— Qué tontería, pero en fin, para eso estamos. ¿Quién es él? —Miró a Jeongin.

— Me ayudó para que pueda llamarlos, y como "agradecimiento", lo saqué de ahí.

— ¿Y tú desde cuándo haces cosas por los demás?

— Mejor cállate.

Estuvieron andando un rato largo para asegurarse de que nadie los siga, hasta que oscureció y los dejaron a ambos en un lugar que el menor no conocía.

— ¿Dónde estamos? —Preguntó Jeongin sentado a un lado de la carretera.

— ¿No conoces?

— Por algo te estoy preguntando.

— Simplemente toma un taxi y dile la dirección de tu casa —Empezó a caminar.

— Ni siquiera tengo dinero.

— Jeongin —Se detuvo— Cuando llegues, busca dinero de tu casa, le pagas, y listo —Retomó su camino.

— No puedo caminar sin muletas.

Hyunjin se había olvidado de eso.

— ¿De verdad no tienes a nadie? —Volteó.

— A nadie.

— Si te ayudo, ¿con qué me pagarás?

— Te dije que no tenía dinero.

— Yo no hago favores porque si, y no te pedí dinero específicamente.

— ¿Ir a cenar?

— Supongo que tú pagarás.

— Sí, lo que sea, pero ahora ayúdame.

— ¿Ayúdame qué?

— No lo voy a decir, porque tú no lo hiciste.

— Claro que lo hice.

— No, jamás salió un maldito "por favor" de tu boca. En vez de hacer eso, preferiste amenazarme abriéndote el puto cuello con una navaja.

— ¿Tú no harías eso por un favor mío?

— ¿Qué? No, estás loco.

— Quiero que lo hagas.

— Es broma, ¿no?

— No.

— No haré eso.

Hyunjin se dio la vuelta nuevamente y siguió su camino.

— ¡Espera! —Gritó Yang.

— Decídete —Dijo sin detener su paso.

— Lo haré, pero no tengo con qué.

Hyunjin sonrió y volvió con el menor, entregándole la misma navaja con la que él se había cortado.

— ¿Tiene que ser profundo? —Dijo agarrándola con su mano temblante.

— ¿Acaso te quieres suicidar? Yo lo hago —Le quitó la navaja.

— Dámela.

— Ladea la cabeza.

— No, yo lo haré.

— Ladea, Yang.

Jeongin le hizo caso. Quién sabe qué sería capaz de hacer Hyunjin con una navaja en mano.
El mayor abrió la navaja y se puso en cuclillas delante de Jeongin. Observó su cuello; tan blanco, bonito y delicado. Al momento de apoyar el filo en él, éste se estremeció.

— Quédate tranquilo, no te dolerá.

Hyunjin hizo un pequeño corte. Jeongin ni siquiera se quejó.

— ¿Ves? —Dijo levantándose.

— ¿Esto haces con todos los que te piden un favor? —Respondió limpiándose las gotas de sangre.

— No, solo estaba jugando.

— ¿Qué clase de juego es ese?

— El de ver qué tan dispuesto estás a hacer lo que yo te diga. Ya sé que te atraigo, Yang.

— ¿Qué estupidez dices?

— Sé que es verdad. A mi también me atraes.

— ¿En serio?

— ¿Viste que tengo razón? Sino, no me hubieses preguntado. Y es en serio.

Hyunjin tomó de la mano a Jeongin, ayudándolo a pararse. Éste se sostuvo de sus hombros, era fácil siendo de la misma altura.
El mayor colocó una mano en la nuca de Jeongin, uniendo sus labios contra los suyos. Éste estaba sorprendido, pues pensó que lo estaba ayudando para llevarlo a su casa, pero no se separó del él. Era impresionante la calidad que tenía Hyunjin para mover sus labios, jamás le habían dado un beso como ese.

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16 Wishes // Stray Kids; HyunIn. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora