♡1♡ jungkook

100 3 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.













~Jungkook ~
.
.
.

La pulsera de dijes me pesa en la palma de la mano. La habré mirado mil veces, pero vuelvo a echarle un vistazo porque necesito que sea perfecta, necesito que arregle todo lo que haya que arreglar. Estuve contemplando la posibilidad de comprar una pulsera más elegante y delicada, más al estilo de jennie, pero esta tenía algo que me atraía, esos eslabones tan sólidos y fuertes, como nuestra relación... la mayor parte del tiempo.

Hace unos meses, cuando encargué, la pulsera iba a hacer un regalo para celebrar nuestra graduación, no una excusa para pedir disculpas y hacer las pases, pero últimamente kim se ha mostrado muy callada. Distante. Como pasa cada vez que nos peleamos.

Y, sin embargo, que yo sepa, no nos hemos peleado, de modo que no sé de qué tengo que disculparme.
Suspiro con fuerza y miro mi reflejo en el espejo del lavabo del hotel comprobando que los estantes estén vacíos. Con las cejas fruncidas, me paso los dedos por el cabello despeinado, intentando alisarlo como le gusta a jennie, tras un par de intentos fallidos, mi pelo y yo nos rendimos y dirijo mi atención por última vez a la pulsera.

Los dijes de plata, relucientes, repiquetean al inspeccionarla, y el tintineo se entremezcla con los sonidos amortiguados de mi fiesta de graduación de secundaria que llegan desde el otro lado de la puerta. Tal vez, cuando vea a jennie, me explicará por fin lo que le pasa.
O tal vez no, quién sabe, tal vez se limite a darme un beso y me diga que me quiere, y al final resultará que el problema no tenía nada que ver conmigo.

Me inclino un poco más para examinar los seis pequeños dijes, uno por cada año que llevamos juntos, tuve una suerte increíble al encontrar a una persona en etsy que me ayudó a diseñarlos, pues no tengo ninguna clase de talento artístico. El resultado final es algo más que una pulsera. Es la vida que kim jennie y yo hemos pasado juntos.

Recorro suavemente con el pulgar cada fragmento de nuestra historia, y algunos dijes me hacen un giño al reflejarse en ellos los focos del lavabo.

Un conjunto de pompones de animadora de esmalte dorado blanco y verde turquesa, casi idénticos a los que Jennie utilizó como jefa de animadoras la noche en la que le pedí oficialmente que fuera mi novia.

Una pequeña copa de champán dorado, con burbujas diamantadas resiguiendo el borde, recordatorio de mi elaborada declaración de amor, hace pocos meses, Antes de hacerlo, había robado con disimulo una botella de champán del armario de mi madre para darle una sorpresa a jen. Mi madre me castigo para toda la eternidad, pero mereció la pena ver cómo se iluminaban los ojos a jen cuando lo descorché.

Hago una pausa para examinar el dije más importante, el que descansa en el centro exacto de la pulsera, es una agenda de plata, con un cierre de verdad.
En cierta ocasión, estábamos estudiando en la cocina de su casa después de clase cuando ella corrió al piso de arriba para ir al lavabo. Yo saqué disimuladamente su diario de color rosa de la mochila y escribí 《te quiero》en las tres primeras páginas en blanco.
Ella se echó a llorar de emoción nada más leerlo, pero pronto las lágrimas se convirtieron en acusaciones.

- ¿Has leído mis secretos?- Gritó, señalandome con el dedo de una mano mientras con la otra apretaba con fuerza el diario contra su pecho.

-claro que no- respondí, girando el taburete hacia ella- Pero he pensado que sería... No lo sé. Romántico.- Y entonces se abalanzó sobre mí. Yo dejé que me tirara a suelo, porque era electrizante tener aquella cara tan bonita tan cerca de la mía, y su enojo se desvaneció por fin en cuanto nos miramos a los ojos.

-Lo ha sido- dijo, y sus labios indecisos se encontraron con los míos.
Fue nuestro primer beso. Mi primer beso.

Con sumo cuidado, abro el pequeño dije y paso la delicadas páginas de plata, tres en total, donde se lee "te quiero". Es probable que siempre tengamos pequeñas discusiones, pero siempre nos querremos.

Sonrio al ver los eslabones vacíos de la pulsera, los que esperan a ser llenados con la vida y los recuerdos que vayamos construyendo. Un eslabón por cada año que pasaremos en la universidad de Seúl. Y después, le regalaré una pulsera nueva para llenarla también de recuerdos.

La puerta se habré de par en par y golpea con fuerza contra el tope de la pared. Guardo rápidamente la pulsera en el estuche de terciopelo y los dijes entrechocan justo en el momento que un grupo de chicos del equipo de baloncesto irrumpe en el espacio, se oye un coro de "¡kookie! ¿Qué pasa colega?" Y "somos la promoción del 2020, hermano". Les sonrió y me guardo el estuche en el bolsillo de la americana. Al hacerlo, mis dedos rozan la petaca de Jack Daniel's que llevo remetida en la cintura, parte impotantisima de mi plan para convencer a mis dos mejores amigos de que pasemos del baile de graduación organizado por el instituto y nos larguemos a nuestro sitio preferido, junto al estanque, para celebrar a nuestra manera.
Pero antes... tengo que entregarle la pulsera a jennie, salgo del lavabo y recorro el corto pasillo que conduce a la alborotada sala de baile de este hotel superelegante.

Entro en la gran sala y paso por un mar de globos con colores blanco y verde turquesa de ambrose high, por los cuales varios se han soltado y ruedan por los techos altos y abovedados. En el centro de la sala, centenares de serpentinas cuelgan de un enorme cartel con las palabras ¡felicidades, graduados!

El ruido es como una gran ola que todo inunda. Por todos los rincones, rezuma la energía de ¡lo hemos conseguido! Y lo entiendo perfectamente después de cómo ha ido este último año, me muero de ganas de salir de aquí.

Me abro paso entre grupitos de gente de lo más heterogéneo. El simple hecho de haber subido al estrado a recoger el título parece haber derrumbado todo lo que esta mañana parecía importar tanto, a qué deporte juegas. Qué notas has sacado. Quién te pidió o no te pidió para ir juntos a la fiesta de graduación. La duda de por qué el señor Louis te ha hecho la murga durante todo el semestre

Aunque parezca increíble, Park Yuri, la presidenta de la clase, flirtea con kim nam-jom, el fumera que tuvo que repetir dos veces décimo grado, mientras los capitanes de declatón de matemáticas colaboran con dos delanteros de mi equipo de fútbol americano, para pillar cervezas de detrás de la barra.
Esta noche todos somos iguales.

-Hola kook.

Alguien ha plantado la mano con demasiada fuerza sobre mí hombro lesionado. Intento disimular una mueca de dolor, me giro y veo a eun-wo, que es el chico más simpático del planeta y yo me siento un idiota porque me cae fatal.

-vaya, lo siento- dice al darse cuenta del hombro en el que su mano acaba de aterrizar. La retira rápidamente- ¿te han dicho ya que en otoño voy a ir al Boston collage a jugar fútbol?-

-bueno... si- digo tratando de tragarme la oleada de celos que hierve en mi interior《El no tuvo la culpa》me recuerdo- felicidades, hermano.-

-Escucha, si no hubieras liderado al equipo tal como lo hiciste al principio de la temporada, yo nunca habría salido en su radar, fuiste un "quaterback" increíble. No creo que me hubieran dado la beca si no llega a ser por todo lo que me enseñaste- continúa añadiendo sal involuntariamente, a una herida no superada-Aunque lamento que haya sido...-

-No tiene importancia- le interrumpo, y enseguida le tiendo la mano para no parecer un idiota- Buena suerte el año que viene.
.
.
.

Todo este tiempo (adaptada- Liskook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora