Marca de Matrimonio [XiCheng/ChengXi] 💙💜

Capitulo 25

[Publicado: 21/10/2022]

[Editado: 15/04/2024]

El cielo despejado de la mañana comenzó a ser cubierto por las nubes grises presagio de una tormenta.

Jiang Cheng estuvo sujetando las manos frías de Lan XiChen durante un buen rato; le dolían las extremidades y sobre todo su maltratado trasero; frunció el ceño y se quejó con labios apretados. 

Se quedó observando con una paciencia que nunca dedicaría a nadie más, hasta que el jade relajó su cuerpo.

Lan XiChen parecía haber entrado a un estado de sueño profundo. Su respiración se volvió ligera, a la par que todas sus facciones se relajaron; una belleza de piel pálida contrastando con el negro de su cabello, pestañas y cejas; y el durazno de sus labios; tan agradable como el remanso de la brisa y el correr de los ríos, un oasis de dulzura y paz.

Jiang Cheng liberó sus manos con lentitud, tentado por la agradable vista, pensó de nuevo cómo fue que llegó a gustarle tanto este tirano.

En su primer encuentro, aunque pensó que era atractivo, nunca sintió ni el más remoto interés de darle un segundo vistazo. Siempre que detestara la personalidad o la actitud de alguien, no importa que tan bonita fuera su cara, jamás le gustaría.

Y con Lan XiChen, en tan poco tiempo, logró darle un giro a sus sentimientos con tanta facilidad que asustaba.

Es como si, desde que perdió la memoria, hubiera conocido a otra persona distinta...

Dentro de esta reflexión se encuentra el gran dilema que lo ha molestado desde el principio.

Si Lan XiChen recupera la memoria y vuelve a ser el tirano de antes, ¿existe la posibilidad de que le siga gustando?

Alguna vez escuchó que cuando amas a alguien aceptarás tanto sus virtudes como sus defectos. Si lo que siente es amor, debería ser capaz de aceptar cualquier versión de Lan XiChen.

Pero su lado más egoísta sigue emergiendo, espera que nunca vuelva a ser el tirano de antes; quiere continuar junto al Lan XiChen que le sonríe gentil y brillantemente, desea seguir viendo su ingenuidad y pureza, la excesiva amabilidad y cortesía, el que puede ser un salvaje dominante o un sumiso afectuoso en la cama.

Cuando piensa que podría cambiar y ser el de antes, se siente inquieto.

Jiang Cheng tocó la cinta blanca que adornaba la frente de XiChen, su corazón se estremeció; luego la punta de su dedo descendió por esa piel inmaculada y tersa, a través de la línea de su nariz, se detuvo en los labios. Ahí, el loto se acercó más mirando con deleite, el par de ojos almendrados mostraron un púrpura suave; el profundo afecto, la dureza de un corazón entregado; persiguió el contorno de los labios una y otra vez con la punta de su dedo.

Ya probó tantas veces esos labios, sin embargo, WanYin sigue sintiendo la misma emoción de una primera vez.

Sin pensarlo mucho, se inclinó y lo besó rápido. El toque fue ligero, apenas el aleteo de una mariposa, no tan diferente a su caricia de dedos.