«Entrelazar Los Dedos»

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Aquel día, sin duda, había resultado ser perfecto para un paseo en familia. El clima yacía relativamente caluroso, aprovechando además las vacaciones de Anya y su enérgico comportamiento que no dejaba margen a quietud alguna.

Por ello, y en compañía de Bond, la familia Forger se dirigió al parque que solía ser a diario concurrido, viendo ya a una considerable cantidad de personas asentadas allí. Loid y Yor ocuparon unas de las bancas desocupadas, ubicándose uno al lado del otro y procurando no perder de vista a la pequeña pelirosa hiperactiva.

Twilight permanecía observando fijo hacia delante, intentando despejar la cabeza y concentrarse en nada más que en el paisaje adquiriendo vida y color enfrente de sus ojos, mientras que Yor... bueno, ella era otro tema aparte. Si bien sus orbes carmesí se desviaban cada tanto hacia Anya, su atención terminaba regresando casi en automático hacia su esposo, contemplando a detalle su elegante perfil, quedándose sin siquiera darse cuenta absorta en él.

Cualquiera que la viera la tacharía de estar profesando una inocente admiración hacia el hombre de cabello rubio ceniza a su lado, y sin embargo... en todo lo que Ibarahime podía pensar, era en cómo su confesión de hace unos días atrás parecía continuar sin una respuesta, cuestionándose con una inquietante frecuencia si es que aquello afectaría a su amena relación con Loid. En cuanto las palabras se hubieron desbordado de sus labios, descubrió que era la única olvidando que aquel matrimonio era por conveniencia, y que sólo era ella quien estaba comprometiendo inútilmente mucho más de lo permitido.

Y aunque su esposo no lo expresó como tal, si que le dio a entender con un incómodo silencio que eso no era lo pactado, interpretando aquello en su maltrecha cabeza como un error garrafal en toda regla. Y es que... en qué momento se le ocurrió fijarse de semejante manera en el hombre más apuesto de la ciudad? cómo pudo siquiera considerar la posibilidad de que él le fuese a corresponder?

Loid había necesitado una madre para su hija y una fachada para que admitieran su ingreso en la academia Edén, quedando totalmente exento lo de involucrar sentimientos o algo mucho más serio de por medio. Y si el hecho de que hasta ahora hubiera guardado silencio significaba a todas luces que le pondría un fin al acuerdo para pedirle de la forma más amable posible que ya no la quería como esposa y madre de Anya?

Ponderar aquello le hizo apartar la vista de inmediato, prefiriendo enfocarse en el césped bajo sus pies, sintiéndose tanto avergonzada como atormentada. Dejando bastante de lado sus imprudentes sentimientos, hacía tiempo que se hubo acostumbrado a formar parte de una verdadera familia, sintiéndose útil ya no sólo para Yuri, sino para una pequeña que la veía como un ejemplo a seguir en ciertos aspectos y para un hombre que demostraba cada tanto requerirla en su ajetreada vida.

Su caótica diatriba mental amenazaba con ir cada vez más en ascenso, sumergiéndola en un ir y venir de posibilidades que se le antojaban devastadoras, ideando planes que rayaban casi lo absurdo para remediar una situación que según ella había arruinado.

No obstante, todo dentro suyo pareció frenarse y disipar aquel torbellino de pesares al sentir un peso extra sobre su mano puesta en la superficie de la banca, averiguando poco después -y no sin cierta sorpresa y asombro- la causa de aquel extraño e inusitado peso. Loid había dirigido una de sus manos hacia la suya, manteniéndola tan solo por encima como si dudara de su siguiente movimiento; bastó con echarle un vistazo a su rostro para descubrir que yacía aparentemente a la espera, como si le estuviera dando silenciosamente a elegir por dónde conducir aquel gesto.

Las comisuras de Yor se elevaron nerviosas, evitando pensarlo demasiado y entrelazando los dedos en ese tímido contacto, notando contra su piel que su esposo correspondía con idéntica convicción a ello. Llegados a este punto, la señora Forger se encontraba ciertamente sonrojada, atreviéndose aún así a alzar la vista y percatarse de que Loid compartía en menor medida aquella reacción.

Podría considerar esto como una respuesta indirecta a su confesión? o es que quizás estaba siendo demasiado obvia con su lucha interna y su esposo trataba únicamente de ayudarle a calmar un poco las aguas?

Y pese a que no estaba segura de querer averiguarlo, Yor disfrutó con una emoción a cuestas disimulada aquel roce de sus manos y en la calidez transmitida por medio del contacto, sintiéndose un poquito más cerca del hombre que la aceptaba con sus torpezas y todo, y que por si no fuera suficiente con eso, le hizo descubrir lo que era sentirse normal, llevando una vida cotidiana de familia y sintiéndose cada vez menos exenta del mundo en sí.

Sus sentimientos podrían ser incluso una manifestación inconsciente de agradecimiento por ello...

Otoño En Pareja | Spy x FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora